Un posteo en redes sociales de un distinguido Ingeniero San Pedrano, Rubén Osorto, donde le agradece al Presidente Ricardo Maduro una Beca de Maestría que le otorgo hace 18 años, pone en relieve el valor de la educación para cambiar realidades.


Señalo Rubén, que esa oportunidad cambio su vida y la de su familia. Efectos que se trasladaron a sus propios hijos al continuar su formación en universidades prestigiosas de los Estados Unidos. Realidad que lo inspiro a Emprender en Honduras y que sus hijos obtuvieran excelentes oportunidades de trabajo en Norteamérica.

Es indudable el efecto que tiene aumentar los niveles de educación en la vida de una persona. Formarse adecuadamente entrega destrezas profesionales, personales e incluso profesionales que facilitan progresar, emprender y trasladar a los hijos ese patrimonio intangible.

El ex presidente, con ese acto, quizás intrascendente en el momento en que se realizó, provocó una cadena de acontecimiento virtuosos durante dos décadas y que impactará en el futuro de los descendientes de la familia Osorto.

Ricardo Maduro, creo en ese momento un profundo legado. Esa acción no fue un simple acto de responsabilidad social o generosidad. Fue un compromiso con la vida, con la esperanza de una sociedad más justa e igualitaria, con un futuro mejor para todos. Creo con esa beca una legado sustantivo y perdurable.

Los empresarios y personas exitosas realizan habitualmente donaciones, generan programas sociales, se compromete con la gestión de servicios de educación, salud, deportivos y financian obras e instalaciones de todo tipo en diferentes localidades del país. Todo esto está muy bien y por supuesto que son necesarias y cumplen una función social.

Sin embargo, la experiencia de Rubén Osorto cambia la escala del compromiso de los empresarios y las empresas respecto de la trascendencia de la Responsabilidad Social revelando una faceta de gran impacto social y que está profundamente ligado con la naturaleza humana.

El debate entre la influencia de la educación y la naturaleza humana ha estado presenten en los diversos enfoques filosóficos y morales que han influenciado la cultura y la política de los últimos siglos.  Thomas Jefferson, en la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, expreso que “Sostenemos como evidentes estas verdades; Que todos los hombres son creados iguales.”. 300 años después, reconocemos que aún estamos lejos de lograr esa meta para la humanidad y que debemos esforzarnos para que todos tengan las mismas oportunidades.

Es por eso, que esta anécdota entre Ricardo Maduro y Ruben Osorto nos recuerda que nada nos impide cambiar, con excepción de la falta de voluntad y la ausencia de estas mismas oportunidades. Con la beca el expresidente, cambio no solo una vida, si no el curso del destino de varias generaciones de “Osortos”, legando a Honduras, mucho más que un profesional y emprendedor y exitoso.  Su legado –con un simple y aislado acto- tiene que ver con la esperanza de una humanidad más justa para todos.

Rubén, este reconocimiento que hizo público lo engrandece. Ricardo ese acto de hace 18 años, lo trasciende y se convierte en una inspiración para todos los que queremos a Honduras.

Carlos Ramos. Ph.D

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *