El valor de la sostenibilidad como modelo de continuidad de negocio es el principio que están promoviendo las empresas de la región para ser perdurables en el tiempo y apoyar a su país.
En septiembre se cumplen tres años desde la aprobación por la Asamblea de Naciones Unidas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). La Agenda 2030 ha situado por primera vez al sector privado como agente clave de desarrollo, y coloca sus aportaciones al desarrollo sostenible al mismo nivel que las realizadas por los estados y la sociedad civil. Concibe a las empresas no solamente como actores que generen riqueza y desarrollo a nivel mundial, generando beneficios para todos.
La ONU apuesta así por un marco universal con 17 objetivos y 169 metas que persiguen básicamente tres cosas: acabar con la pobreza extrema, luchar contra la desigualdad y la injusticia y combatir el cambio climático. El cumplimiento de esta agenda requiere del trabajo en alianzas entre todos los actores involucrados: gobiernos, sector privado, sector público y sociedad civil.
En el ámbito empresarial, las empresas tienen el reto de asumir la responsabilidad de incluir en su desempeño nuevos resultados que van más allá de los económicos. Se busca que sus acciones tengan repercusiones en las cuatro dimensiones del “Desarrollo Sostenible”, englobando el desempeño social, ambiental, cultural, y el económico.
Este concepto se define como “el desarrollo que satisface las necesidades de la generación presente, sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades”.
AméricaEconomía Centroamérica destaca las acciones de desarrollo sostenible que están ejecutando seis empresas de Centroamérica, Panamá y República Dominicana como parte de ese compromiso que han asumido en su Responsabilidad Social Empresarial (RSE).
“Comprendemos el valor de la sostenibilidad como modelo de continuidad de negocio, pues los desafíos sociales y ambientales que estamos enfrentando nos obligan a replantear el sentido de éxito de nuestra empresa, el cual además de lo financiero, debe trascender en lo social y ambiental según las necesidades de nuestras partes interesadas.”
Paula Alfaro, Coordinadora de RSE de EY
AES El Salvador. La empresa considera que las comunidades a las que sirven también deben prosperar. Trabajan continuamente para garantizar un panorama eléctrico sustentable, impulsando proyectos responsables como la generación y el acceso de energía asequible y no contaminante. Educan a sus clientes sobre el uso racional y seguro de la energía eléctrica, implementan programas para la conservación de los recursos naturales y la biodiversidad, así como iniciativas que fomenten el desarrollo profesional e inclusivo de la mujer.
“Desde hace más de una década asumimos el compromiso por contribuir con el desarrollo sostenible de las comunidades, el cual se expresa a través de nuestros pilares de RSE: AES Energía Rural, AES Educación, AES Medio Ambiente y AES Mujer. Están basados en aspectos inherentes a nuestro quehacer empresarial. Hemos hecho significativas inversiones para la generación de energía asequible con recurso renovable y no contaminante. Muestra de ello son nuestras plantas AES Nejapa y AES Moncagua ubicadas en El Salvador, que contribuyen a reducir emisiones por más de 200 mil toneladas de CO2 anualmente; y el proyecto Bósforo, que contempla el desarrollo de diez plantas solares durante los dos próximos años, para generar 100 megavatios (MW) y reducir emisiones por más de 175 mil toneladas métricas de CO2 al año”, dice Virginia Trujillo, directora de Comunicaciones y Relaciones Externas de AES El Salvador.
“Progresivamente, estas iniciativas nos han permitido alinearnos estratégicamente con los ODS. Para medir el impacto y el alcance de nuestra estrategia de RSE, desde 2017, formamos parte de la red local del Pacto Global de las Naciones Unidas. A través del apoyo y la coordinación de la Fundación Empresarial para la Acción Social (Fundemas), orientamos nuestra gestión de RSE hacia las necesidades reales de nuestro negocio, propiciando un impacto positivo hacia nuestras partes interesadas para generar valor compartido y contribuir con el cumplimiento de la agenda 2030 y sus ODS”.
Ernst & Young. EY Centroamérica, Panamá y República Dominicana cuenta con el apoyo de un equipo de profesionales dedicado a crear modelos de negocio responsables a través de servicios de asesoría y auditoría en sostenibilidad, diseñados para gestionar riesgos, reducir costos, mejorar la reputación, cumplir con la legislación, así como la construcción de estrategias de negocio más robustas que trasciendan el ámbito financiero e incluyan el ambiental y social.
“Comprendemos el valor de la sostenibilidad como modelo de continuidad de negocio, pues los desafíos sociales y ambientales que estamos enfrentando nos obligan a replantear el sentido de éxito nuestra empresa, el cual además de lo financiero, debe trascender en lo social y ambiental según las necesidades de nuestras partes interesadas”, expresa Paula Alfaro, coordinadora de RSE de EY Centroamérica, Panamá y República Dominicana.
“En la firma nos hemos comprometido con los Objetivos de Desarrollo Sostenible para el 2030. Nuestras políticas están alineadas con los ODS que se encuentran relacionados con nuestro giro de negocio y nuestras partes interesadas. Implementamos acciones estratégicas para el ODS 10: Reducción de desigualdades, ODS 5:
Igualdad de Género, y el ODS 13: Lucha contra el cambio climático. Con el propósito de materializar acciones para el cumplimiento de los ODS, en el año fiscal 2017, se brindaron 700.000 servicios relacionados con fortalecimiento de programas de impacto social y ambiental a nivel global.”, indica Alfaro.
AgroAmérica. El programa de RSE de AgroAmérica también está alineado con los ODS y lo evidencia en sus reportes de sostenibilidad. “Buscamos contribuir a generar en las comunidades la capacidad local de autogestión de su propio desarrollo, en donde los actores sociales (empresa, gobierno y comunidad) participen de forma activa. Creemos que el desarrollo local solo es posible si todos los actores crecen y se desarrollan. A través de nuestro personal responsable de relaciones comunitarias, apoyamos iniciativas y proyectos de los grupos de interés, quienes solicitan nuestra participación como parte de la gestión comunitaria”, comenta Bernhard Roehrs, director Corporativo de AgroAmérica.
“Buscamos contribuir a generar en las comunidades la capacidad local de autogestión de su propio desarrollo, en donde los actores sociales (empresa, gobierno y comunidad) participen de forma activa. Creemos que el desarrollo local solo es posible si todos los actores crecen y se desarrollan.”
Bernhard Roehrs, Director Corporativo de AgroAmérica
Las principales acciones que implementan son el Programa de salud y nutrición en escuela; Programas Madres Sanas y Creciendo Sanas para ayudar a disminuir la desnutrición y mortalidad materno-infantil en el área; Diplomado en Adaptación comunitaria al cambio climático y la creación de una red comunitaria para prevención de desastres naturales.
Medcom. La estrategia interna y externa de RSE de Medcom está alineada con los principios del Pacto Global de las Naciones Unidas y los ODS. La inversión en RSE está enfocada en la plataforma “Sumándonos”, que aportó en 2017 a las ONGs participantes en el programa un monto de más de US$11,4 millones en pauta publicitaria. “Un pequeño grupo de estas organizaciones reciben exposición adicional cuando participan de algún proyecto en conjunto con Medcom. Por ejemplo, la iniciativa ‘Los Niños Primero’ triangula la participación de un patrocinador, la ONG y nuestra empresa, haciendo de este proyecto una alianza multisectorial”, precisa Estela Villa-Real, gerente senior de Asuntos Corporativos Medcom.
Grupo ICE. En 2017 se emitió la Política de Sostenibilidad del Grupo ICE, “la cual consiste en gestionar la sostenibilidad de nuestras actividades, obras y proyectos con el fin de mejorar la calidad de vida de los clientes, trabajadores y la sociedad en general. Nuestra gestión está comprometida a contribuir con los ODS, para crear relaciones comunales que permitan generar beneficios compartidos y un canal de confianza”, indica Leonardo Cubillo, encargado de Gestión de políticas de la Dirección corporativa de estrategia.
El Grupo ICE ha generado valor compartido desde sus primeros proyectos hidroeléctricos, enfocando sus actividades no solo pensando en su productividad y rentabilidad, sino tomando en cuenta el bienestar de sus colaboradores, del impacto que generan en el medioambiente y de los efectos que tienen en la comunidad en general. En ese sentido, les dan prioridad en los procesos de selección de trabajadores a los miembros de la comunidad, de manera que se contribuya con la disminución del desempleo.
Actualmente, la empresa costarricense está trabajando en un levantamiento a mayor detalle de las prácticas de Responsabilidad Social y su vinculación con los ODS de las Naciones Unidas, identificando aquellas acciones donde se incide de forma directa y en los que se tiene un grado de influencia. Esto también de cara al cumplimiento con la Política Nacional de Responsabilidad Social y la Estrategia Grupo ICE.
Gildan. La empresa contribuyó cerca de US$1 millón en proyectos en comunidades locales en América Latina en 2017. Su estrategia corporativa combina el desempeño operativo del negocio con los impactos sociales y ambientales.
“Estamos seguros de que nuestras metas se lograrán al cuidar de nuestros empleados, conservar el medioambiente y crear comunidades sólidas a través de nuestras prácticas laborales, los programas de sostenibilidad y las iniciativas sociales. Constantemente invertimos en nueva tecnología para reducir nuestro uso de agua y continuamos reduciendo el consumo de combustibles fósiles, aumentando nuestro uso de energía renovable”, dice Claudia Sandoval, vicepresidenta de Ciudadanía Corporativa de Gildan.
Durante la quinta edición del Gildan Glow Run en 2017 – una carrera anual de 5 km– se recaudó más de US$100.000 para apoyar proyectos locales en Honduras, Nicaragua y República Dominicana.
“Nos asociamos con la organización Pencils of Promise a través de nuestra marca American Apparel para brindar apoyo para la alfabetización infantil. En 2017 lanzamos una colección Pencils of Promise que aportó US$220.000 para construir nuevas escuelas, mejorar los ambientes escolares y brindar apoyo a maestros en Guatemala. A su vez, donamos US$150.000 como primas a empleados que intentaban comprar una casa nueva, como parte de nuestro programa ‘Vivienda Para los Empleados’ en colaboración con las iniciativas del gobierno y de las instituciones bancarias locales de Honduras. El programa permitió que más de 240 empleados pudiesen comprar su primera vivienda”.
Garnier & Garnier. En cada proyecto inmobiliario que desarrolla la empresa se implementa una estrategia de sostenibilidad. “Se crea una relación directa y activa con la comunidad en la que buscamos fortalecer y empoderar a sus líderes para ejecutar proyectos que mejoren su calidad de vida. Para ello se realiza un plan de trabajo con los objetivos que ellos mismos han propuesto. El valor compartido se da cuando esa relación y vínculo entre empresa y comunidad se traducen en proyectos que son importantes para ambos, con el fin de mejorar el entorno ambiental y la infraestructura comunal, y así mitigar problemáticas sociales”, dice Laura Cruz, gerente de sostenibilidad de Garnier & Garnier.
“La Política de Sostenibilidad del Grupo ICE consiste en gestionar la sostenibilidad de nuestras actividades, obras y proyectos con el fin de mejorar la calidad de vida de los clientes, trabajadores y la sociedad en general.”
Leonardo Cubillo, Encargado de Gestión de políticas de la Dirección corporativa de estrategia de Grupo ICE
Su estrategia de sostenibilidad nace bajo la premisa de que las compañías tienen que promover cambios positivos en las comunidades y personas con quienes trabajan. Dicha estrategia conlleva políticas internas y programas, las cuales están alineadas a algunos de los ODS.
“El camino que seguimos las empresas que decidimos realizar una estrategia de sostenibilidad de forma estructurada, requiere de cambios importantes en las organizaciones. Por ello, debe existir un fuerte compromiso de la alta dirección hacia los objetivos que se quieren lograr y definir prioridades, ya que no se puede cambiar todo a la vez”, sostiene Cruz.