El compromiso con la salud publica requiere de atender sistemáticamente los mitos relacionados con los temas de vacunación. Desde 2018, cada 4 de marzo se celebra el Día Internacional de Concientización sobre el Virus del Papiloma Humano (VPH) una iniciativa promovida por la Sociedad Internacional del Virus del Papiloma (IPVS, por sus siglas en inglés), que se ha convertido en parte del calendario anual de muchas organizaciones comprometidas con abordar el cáncer relacionado al VPH en todo el mundo.

El cáncer cervicouterino es el tercero más frecuente entre las mujeres de América Latina y el Caribe. En 2020 se presentaron 858 nuevos casos y se produjeron en Honduras debido a este tipo de Cáncer 518 fallecimientos, según las estadísticas del Observatorio Global de Cáncer.

Desde hace más de 15 años, existen vacunas que protegen contra los tipos comunes de virus del papiloma humano (VPH) que causan cáncer. En el caso de Honduras, en 2016 la Secretaría de Salud del Gobierno incluyó la vacuna del VPH dentro del Esquema Nacional de Vacunación para la prevención del cáncer cervicouterino, que incluye a a un grupo de mas de 150 tipos de virus.

Para la población, las dos medidas más importantes para prevenir el cáncer de cuello uterino son vacunarse contra el VPH y realizar las pruebas de pesquisa o tamizaje para el diagnóstico precoz de rutina de acuerdo con las recomendaciones médicas.

La aplicación de la Vacuna del VPH se recomienda para los menores a partir de los 9 años, y hasta los 26 años en hombres y 45 años en las mujeres. En Honduras la vacuna del VPH está disponible de forma gratuita para niñas de 11 y 12 años dentro del Esquema Nacional de Vacunación.

Algunos de los mitos presentes relacionados con la aplicación de este tipo de vacunas son los siguientes:

Las vacunas no causan enfermedades. La vacuna contra el VPH no causa infección por VPH ni cáncer. Está elaborada a partir de una partícula parecida al virus y no es infecciosa, lo que significa que no puede causar infección por VPH o cáncer.

La vacuna es segura y eficaz. Al igual que otros medicamentos, puede tener efectos secundarios leves que desaparecen rápidamente. Los más comunes son: dolor, enrojecimiento o hinchazón en el brazo donde se aplicó la inyección, fiebre, mareos o desmayos, náuseas, dolor de cabeza o sensación de cansancio, dolor muscular o articular.

Organización de Salud como la CDC y la OMS han realizado estudios científicos avalando los efectos positivos de estas vacunas y la inexistencia de efectos relacionados con la infertilidad. De hecho, la vacuna contra el VPH puede ayudar a proteger a las mujeres en el futuro con los problemas de fertilidad que están relacionados al precáncer y cáncer de cuello uterino. La vacuna contra el VPH es una forma segura de proteger la salud y capacidad de tener bebés saludables.

Finalmente, los ingredientes en la vacuna contra el VPH, así como en todas las vacunas, buscan asegurar que ésta sea eficaz y segura. Estos ingredientes se encuentran de forma natural en el ambiente, en el cuerpo o en los alimentos.

Por supuesto como todo medicamento, antes de la aplicación de la vacuna es importante que los usuarios informe al médico o a la enfermera si el paciente tiene alguna alergia importante, incluida una alergia al látex o a la levadura antes de la aplicación de cualquier la vacuna. Igualmente, la Sociedad Americana Contra el Cáncer recomienda mantener las pruebas rutinarias de detección del cáncer de cuello uterino a pesar de haberse vacunado contra el VPH. Prevenir es más fácil que curar cualquier enfermedad.

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