Panamá y República Dominicana liderarán el crecimiento económico en la región. Economistas esperan una dinámica económica en 2019 similar al año anterior.


la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) calcula la expansión promedio de 2018 para los países de Centroamérica y República Dominicana (CARD) en un 2,8%. La media regional se verá afectada por la contracción económica de Nicaragua.

Tanto Panamá como la República Dominicana crecerán al 5,3% en 2019. Ambos países llevan varios años liderando el crecimiento en la región. “Para 2019 se espera una aceleración de la actividad económica de CARD, con una expansión promedio del 3,2%”, prevé Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL.

Abelardo Medina, economista sénior y coordinador del área macrofiscal del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI), proyecta para Centroamérica una tasa de crecimiento de 3,9% en 2018, esperando que la región continúe con la misma dinámica durante 2019.

El economista detalla que a pesar de que Panamá ha sido el motor de crecimiento principal de la región se está visualizando una cierta desaceleración. “La nación estaba acostumbrada a tener tazas de crecimiento de 5% a 6%. El crecimiento de 2018 será entre un 4,6% y 4,8%, producto de una huelga que enfrentaron a inicio del año. Se espera una cierta recuperación para 2019”.

Para República Dominicana la CEPAL estima un crecimiento de 5,3% en 2019, por debajo de la expansión de 2018 pero más en línea con el potencial de largo plazo de la economía, estimada al 5,0% anual. “Lo anterior será producto del ajuste en la postura de la política monetaria, así como un menor dinamismo del sector externo, donde Estados Unidos seguirá siendo clave en el desempeño del sector de servicios, así como en el flujo de remesas”, destaca Bárcena.

“El crecimiento para 2019 se mantendrá similar al del 2018. Una ligera disminución podría derivarse de los efectos de la guerra comercial de Estados Unidos con el ‘gigante asiático’ – China. No se prevén impactos negativos para las economías de la región en la medida que la economía Estados Unidos esté estable. Los países centroamericanos continuarán aprovechando las relaciones comerciales con dicho país”, describe Gary Barquero, presidente de SCRiesgo Rating Agency.

Carlos A. Végh, economista jefe del Banco Mundial comenta que la reducción del crecimiento para Centroamérica en 2018 (2,8% comparado con 3,7% en 2017) está explicado en buena parte por la crisis política y social en Nicaragua, cuyo PIB caerá un 3,8% en 2018 y, por lo tanto, reducirá en 0,4% el crecimiento anual de Centroamérica. Aunque de menor gravedad, por supuesto, cabe también mencionar el caso de Guatemala, donde una severa sequía y los posibles efectos de la erupción del volcán de Fuego han afectado la producción agrícola (lo que contribuiría a una baja en el crecimiento del 2,8% en 2017 a 2,6% en 2018).

El ejecutivo del Banco Mundial expone que la desaceleración en Costa Rica en los últimos tres años tiene que ver con que el país todavía no logra resolver los principales problemas de finanzas públicas, aunque el plan de reforma fiscal está avanzando en el Congreso. El crecimiento cayó de 4,2% en 2016 a 3,2% en 2017 y se pronostica un 2,7% para 2018. La situación fiscal continúa deteriorándose: el déficit fiscal aumentó de 5,3% en el 2016 a 6,1% en 2017 y se proyecta un déficit de 7,0% para el 2018. Una seria reforma fiscal es necesaria para evitar que el déficit siga aumentando.

Sobre Honduras, la CEPAL pronostica que el PIB se incrementará un 3,7% en 2019 gracias a la expansión del principal socio comercial de Honduras: Estados Unidos.

El economista dice que El Salvador crecerá al 2,8% en 2018. “La principal fuente de divisas en El Salvador son las remesas, que fueron altas durante el primer semestre de 2018 (aumentaron un 9,5% respecto al mismo período del año anterior). En septiembre de 2017, la asamblea legislativa aprobó una reforma en el sistema de pensiones, y una restructuración de la deuda existente del sistema, acciones que reducen las necesidades de financiamiento del gobierno”.

“En conjunto la región tendrá una tasa de crecimiento de 3,9% en 2018 y se esperaría que se vaya teniendo esa misma dinámica durante el 2019”.

Abelardo Medina, economista sénior y coordinador del área macrofiscal del ICEFI

CRECIMIENTO ECONÓMICO

En la mayoría de los países de la región los sectores más dinámicos serán consumo, comercio y servicios. “El sector agrícola continuará ralentizado debido a los fenómenos y cambios climáticos. En ese sentido el más afectado es República Dominicana. Su ubicación geográfica le imprime un alto grado de vulnerabilidad ante estos choques ambientales”, afirma Barquero.

Oscar M. Jasaui, presidente de Pacific Credit Rating (PCR), comenta que los sectores más pujantes en los países dependientes de remesas seguirán impulsando el crecimiento de estas economías. “En la región, el sector consumo seguirá creciendo a costa de mayor endeudamiento de las familias. Las entidades financieras deberán observar atentamente cómo se desarrolla el crédito personal. Es probable que los sectores industriales en Guatemala se recuperen luego de un 2017 para el olvido. Algunos sectores exportadores se verán beneficiados por la depreciación del tipo de cambio mientras que los importadores pueden más bien verse en la necesidad de revisar sus planes”.

“En la medida que la economía Estados Unidos esté estable, los países centroamericanos continuarán aprovechando las relaciones comerciales con dicho país”.

 Gary Barquero,Presidente de SCRiesgo

Para 2019 se espera una expansión de las exportaciones de los países de Centroamérica y República Dominicana, pero a una menor tasa que la observada en 2018, debido a un menor dinamismo esperado de la economía de los Estados Unidos y una menor expansión del comercio mundial.

“Como en años anteriores, las exportaciones de manufacturas provenientes de zonas francas, en particular equipos y dispositivos médicos, mostrarán un buen dinamismo. Las exportaciones de servicios también tendrán un comportamiento favorable, ante la creciente capacidad instalada de los países de CARD para participar en los mercados internacionales”, manifiesta Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL.

“En cuanto a Centroamérica, la reducción del crecimiento en el 2018 (2,8% comparado con 3,7% en el 2017) está explicado en buena parte por la crisis política y social en Nicaragua, cuyo PIB caerá un 3,8% este 2018 y, por lo tanto, reducirá en 0,4% el crecimiento anual de Centroamérica”. 

 Carlos A. Végh, Economista Jefe del Banco Mundial

“El comercio en estos países ha disminuido considerablemente en los últimos años, representando el 80,2% del PIB en 2013, y luego 67,0% en 2017. Sin embargo, existen razones para ser optimista en cuanto a una posible moderación de esta tendencia. Entre ellas destaca la Unión Aduanera entre Guatemala, Honduras, y recientemente El Salvador, la finalización de la ampliación del Canal de Panamá que ha permitido su plena utilización desde mediados de 2016, y el robusto crecimiento de la economía americana”, contextualiza Végh.

RIESGOS PAÍS

La medición de riesgo país viene por la calificación de riesgo. Panamá y República Dominicana serán los menos afectados seguidos por Guatemala que, sorprendentemente, iniciará una etapa de crecimiento inesperado.

“Los riesgos políticos y sociales se incrementarán en la región, especialmente en Nicaragua, El Salvador y Honduras. La reciente caravana de inmigrantes puede ser el preludio de nuevos episodios que alterarán aún más las relaciones con los Estados Unidos y acrecentarán el papel de China en la región. Mientras, Costa Rica dependerá de su agenda interna de saneamiento fiscal”, explica Jasaui.

Gustavo Torres, analista de países de Moodys, también concuerda que el país con la mayor presión en la región es Costa Rica. Su calificación actual podría bajar si la situación fiscal no mejora. Por su parte, indica que Panamá tiene una perspectiva positiva con la calificación más alta de la región y puede seguir subiendo en tanto los demás países se mantendrán estables.

SITUACIÓN FISCAL Y CARGA TRIBUTARIA

Los países de la región deben lograr alcanzar la sostenibilidad fiscal y reducir el gasto público, pero para ello no se debe caer en la contradicción de garantizar como gobierno la seguridad y estabilidad macrofiscal, pasando por alto el desarrollo y bienestar de la población en el medio y largo plazo.

Medina evidencia que los países, como primer paso para garantizar la sostenibilidad fiscal, deben combatir la opacidad y la falta de transparencia en el manejo de los recursos públicos, porque hay un problema de confianza de los centroamericanos hacia sus gobiernos.

“Un segundo paso es no perder la estabilidad fiscal. Para eso los países necesitan más recursos, pero no realizando ajustes fiscales como mecanismo más fácil, sino haciendo frente combatiendo a la evasión tributaria significativa, aspecto que los países de la región – a excepción de Honduras y Nicaragua– sí han avanzado en mediciones de gasto tributario. Posteriormente, se debe eliminar todos los gastos tributarios que no le están causando bienestar a la sociedad. Asimismo, combatir los flujos ilícitos de capital, donde no solo se habla de los flujos de derivados de corrupción, contrabando y defraudación, sino que también hablamos de los manejos ilícitos de transferencia que utilizan muchos empresarios para manejar recursos de forma inapropiada” sostiene el analista del ICEFI.

PANORAMA DE LAS REMESAS Y LA MIGRACIÓN

“Al cierre del primer semestre de 2018 las tendencias observadas en las remesas familiares anticipan para 2018 en su conjunto un menor dinamismo que el año 2017. El monto total de remesas que recibirían los países de CARD estaría en torno a los US$28.000 millones, que si bien sería mayor al registrado en 2017, representa una desaceleración anual (un crecimiento anual en torno al 9%). El entorno de la economía de los Estados Unidos en el primer semestre, y muy particularmente del mercado laboral, no pareciera ser un factor explicativo de ello”, interpreta Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL.

“Las remesas continuarán creciendo estimulados por la incertidumbre que imprime las decisiones de la administración Trump en el mediano plazo. La regulación de los flujos migratorios provocará en el largo plazo efectos negativos en el crecimiento económico, debido a una disminución de la demanda interna de los países receptores, afectando directamente al sector consumo. Un aspecto a considerar es el desenlace que tengan los recientes movimientos migratorios principalmente de hondureños que intentan ingresar a los Estados Unidos”, precisa Gary Barquero Arce, presidente de SCRiesgo Rating Agency.

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