El acontecer histórico de Centroamérica está marcado por intentos de unificación económica. Podría afirmarse que la historia del istmo es la historia de la integración. En 1958, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua firmaron el Tratado Multilateral de Libre Comercio e Integración Económica Centroamericana, expresando el primer interés de establecer una unión aduanera.

Posteriormente, en 1960 se firmó el Tratado General de Integración Económica Centroamericana y se creó el Mercado Común Centroamericano. Se estableció una zona de libre comercio, reafirmando el compromiso de alcanzar una Unión Aduanera Centroamericana (UAC). Desde esa época, han existido varios intentos para conformarla. No obstante, el contexto sociopolítico provocó un ambiente desfavorable para el comercio por varias décadas y para alcanzar los objetivos de profundizar en la integración económica.

La década de los noventa trajo consigo renovadas energías al ideal integracionista, a través de la creación del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) y con el Protocolo de Guatemala se relanza el proceso de integración económica, identificando sus 5 etapas y se vislumbra como objetivo de los esfuerzos integracionistas una unión económica centroamericana.

En 2007, los Estados Parte del Subsistema de la Integración Económica suscribieron el Convenio Marco para el Establecimiento de la UAC, que contiene las disposiciones jurídicas, objetivos y principios para alcanzarla. Asimismo, se acordó que la UAC se constituirá de forma gradual y progresiva, estableciendo 3 etapas para su consecución.

En 2015, los gobiernos de los países miembros del SICA instruyeron al Consejo de Ministros de la Integración Económica elaborar una hoja de ruta que contemple tiempos, plazos y responsables para el establecimiento de la UAC hacia el año 2024.

A finales de 2014, amparados por la flexibilidad del Protocolo de Guatemala, se inició el Proceso de Integración Profunda entre Guatemala y Honduras, que incluye el establecimiento de una unión aduanera, cuya primera etapa fue lanzada en junio de 2017. La dinámica del proceso y los beneficios esperados en facilitación del comercio e incremento de la competitividad, motivaron a que en ese mismo año El Salvador iniciará su adhesión a dicho proceso; consolidando así, la unión aduanera del Triángulo Norte. Nicaragua ha seguido de cerca la implementación del proceso, participando como observador en las negociaciones.

La UAC es una política regional indispensable para avanzar firmemente hacia una región cuya estrategia de desarrollo tiene como uno de sus pilares a la integración económica. Hoy, la región ha evolucionado en la agenda integracionista y tiene la experiencia necesaria para apostar en temas de relevancia global, como la Estrategia Centroamericana de Facilitación del Comercio con énfasis en la Gestión Coordinada de Fronteras, la Política Marco Regional de Movilidad y Logística de Centroamérica y el establecimiento de Cadenas Regionales de Valor. Trabajar por la UAC significa construir una región más competitiva, unificada y consolidada internacionalmente.


Melvin Redondo Secretario Ejecutivo de la SIECA

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