La ingeniería y sus obras impulsan el progreso económico y social en Centroamérica.
Disponer de ingenieros calificados se ha convertido en una variable indispensable para el desarrollo de la sociedad. Los ingenieros diseñan, operan y mantienen gran parte de los sistemas que son indispensables para sostener la vida moderna.
El conocimiento acumulado en avances científicos se expresa en una innovación continua de toda clase de maquinarias y dispositivos que facilitan la interacción de los humanos con su entorno. Son los ingenieros los que conceptualizan técnicas e implementan recursos que brinden solución a problemas existentes. Las diferentes ramas de la ingeniería se complementan para ofrecer soluciones más apropiadas a las demandas cambiantes de una sociedad en evolución.
Una interacción que continúa de conocimientos cada vez más especializados y complejos.
Cada año miles de jóvenes se forman para ser ingenieros en las universidades públicas y privadas de Centroamérica. AméricaEconomía Centroamérica conversó con estudiantes, docentes universitarios, directores y presidentes de colegios profesionales para conocer sus visiones y perspectivas sobre la profesión en la región.
DESAFÍOS DE LA INGENIERÍA
La innovación, la creación de conocimiento, la investigación científica y los cambios tecnológicos demandan una actualización permanente. La incorporación y uso de tecnologías de la información y el Internet de las Cosas representa un cambio social de efectos, aun, insospechados. Un reto que se debe asumir desde la formación académica y el ejercicio profesional de los futuros ingenieros. La sociedad, el conocimiento y sus herramientas van a cambiar. La constante es el cambio y los ingenieros son formados para abordar permanentemente la incorporación de las tecnologías que contienen los avances científicos y técnicos.
Rolando Antonio Lay De Gracia, director del Colegio de Ingenieros Civiles de Panamá (COICI), considera que entre los principales desafíos que los profesionales de la ingeniería enfrentan está el mantenerse actualizados en materia de nuevas tecnologías y normativas, el poder desarrollar competencias que les permitan una comunicación eficaz y efectiva con los gobiernos locales –de modo que éstos valoren el aporte que los profesionales de la ingeniería y los colegios que los agremian hacen por el desarrollo sostenible del país–, y sobre todo, el desafío de mantener un comportamiento ético en su ejercicio profesional.
Otro reto incluye el poder homologar las carreras universitarias y acreditarlas con la Agencia Centroamericana Acreditadora de Programas de Arquitectura y de Ingeniería (ACAAI).
Entre los principales desafíos que los profesionales
de la ingeniería enfrentan está el mantenerse actualizados en materia de nuevas tecnologías y normativas, el poder desarrollar competencias que les permitan una comunicación eficaz y efectiva con los gobiernos locales –de modo que éstos valoren el aporte que los profesionales de la ingeniería y los colegios que los agremian hacen por el desarrollo sostenible del país”.Rolando Antonio Lay De Gracia, Director del COICI
“Los egresados se van a enfrentar al reto de insertarse a un mercado laboral cambiante, que demanda nuevos conocimientos en nuevos campos. Se tendrán nuevas tecnologías donde se requiere que profesionales flexibles sean capaces de incursionar en estos nuevos campos y con una orientación permanente hacia el aprendizaje continuo y el autoaprendizaje. También, es necesario el dominio de otros idiomas, en particular el idioma inglés”, expresa Carlos Cañas, decano de la Facultad Ingeniería y Arquitectura de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” de El Salvador
Sobre la empleabilidad, Cañas señala que en El Salvador, en el caso de carreras como Ingeniería Industrial e Ingeniería Informática, los pasantes de la universidad suelen ser contratados en el cuarto y quinto año de su carrera antes de culminar sus estudios, mientras que las otras áreas de ingeniería que son menos dinámicas, el egresado se ubica en su campo de trabajo en dos años.
Dennis Bolaños, subdirector Académico de la Universidad Autónoma de Centroamérica (UACA) en Costa Rica, comenta que en la actualidad existe una buena demanda de “ingenieros junior” – con unos cinco años de experiencia–, pero “para los recién graduados el asunto no es tan sencillo ya que se ha venido dando una mala práctica al contratar a estos egresados como asistentes y con menor paga que lo que la dicta la ley” comenta.
En relación a las oportunidades laborales, el mercado panameño destaca como el más atractivo de la región porque promete muy buenas ofertas laborales. “El sector de la construcción es uno de los motores de la economía de Panamá y a los nuevos profesionales de la ingeniería civil se les ofrece una variada oferta de trabajos, no solo en construcción, sino también en el sector bancario, de seguros, salud y educación”, dice Lay De Gracia.
Oscar Berrios, director de Relaciones Nacionales e Internacionales de la Asociación Nicaragüense de Ingenieros y Arquitectos (ANIA) explica que en Nicaragua han brotado emprendimientos en cuanto a diseños, supervisión y pequeñas empresas constructoras para viviendas en los últimos años.
Los egresados se van a enfrentar al reto de insertarse a un mercado laboral cambiante, que demanda nuevos conocimientos en nuevos campos. Se tendrán nuevas tecnologías, donde se requiere que profesionales flexibles sean capaces de incursionar en estos nuevos campos y con una orientación permanente hacia el aprendizaje continuo.
Víctor Fernández, Director de Franquicias de Central Law, Costa Rica
En Honduras, anualmente entre 300 y 400 ingenieros agrónomos egresados, tanto de universidades nacionales como del extranjero, entran al mercado laboral. Esto constituye “una alta oferta de estos profesionales para una limitada demanda. Se calcula que en Honduras menos del 40% se colocan en empleos fijos o semifijos. El resto se ubica en trabajos temporales o cortos en actividades ajenas a la profesión, en sus propios emprendimientos agroproductivos, o en desempleo total. El país no crece lo suficiente económicamente, como para absorber la alta oferta de profesionales. La ciudadanía si bien se educa a este nivel, al final se frustra si no encuentra ocupación permanente”, lamenta Ernesto Ochoa, presidente del Colegio de Ingenieros Agrónomos de Honduras (CINAH).
FORMACIÓN REGIONAL VRS INTERNACIONAL
Lay De Gracia describe que la formación de los egresados de ingeniería civil en Panamá es de muy buena calidad. “Los ingenieros egresados de nuestras universidades tienen éxito al realizar estudios de postgrado en cualquier parte del mundo.
Los profesionales formados en el resto de la región tienen también un nivel alto, al igual que los que vienen de Estados Unidos, Europa y Asia, donde se encuentran universidades muy reconocidas y con más recursos. Sin embargo, dependiendo de la procedencia, se observa que la formación de estos ingenieros tiene fortalezas en áreas específicas, mientras que las necesidades de nuestro país exigen una formación más integral”.
En Nicaragua existen alrededor de 60 universidades, y de ellas un 40% se abocan a formar ingenieros y arquitectos. “Son pocas las universidades que entregan buenos profesionales, ya que el resto de las universidades no cuentan con laboratorios ni equipos… Se dio un gran paso por exigencias del Consejo Nacional de Universidades y del Consejo de Evaluación y Acreditación (CNEA) con una autoevaluación de las instituciones y las formaciones de educación superior. No obstante, solamente la Universidad de Ingeniería (UNI) tiene carreras acreditadas por la ACCAI”, afirma Jaime Matus Vigil, director ejecutivo de ANIA.
PROFESIÓN COLEGIADA
Los colegios profesionales son los garantes de la buena práctica profesional de sus asociados, la defensa de los intereses profesionales y de los usuarios. En Honduras existen cinco colegios profesionales para ingenieros, Panamá tiene tres. Costa Rica es el único país de la región en el que existe un Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos (CFIA), que regula el ejercicio de la profesión en todas las áreas de la ingeniería y está integrado por colegios miembros. Guatemala y República Dominicana poseen un solo colegio profesional que agrupa a todos los ingenieros. El Salvador y Nicaragua no cuentan con colegios de ingenieros aprobados por ley, pero sí existen asociaciones que velan por los intereses de sus agremiados.
El Colegio de Ingenieros Civiles de Panamá tiene un aproximado de 1.500 profesionales debidamente colegiados, que destacan en diversos campos de la ingeniería civil, como la construcción y diseño en general, medioambiente, hidrología e hidráulica, portuaria y marítima, carreteras y puentes, edificación e infraestructuras, y educación universitaria. El director del Colegio estima que puede haber unos 4.000 ingenieros civiles no colegiados, situación que se da ya que la colegiación no es obligatoria para el ejercicio profesional.
Este año agotaremos esfuerzos para promover la aprobación de una Ley de
Colegiación para los ingenieros y arquitectos que permita no solo regular su ejercicio profesional, sino también salvaguardar sus derechos profesionales y contribuir a los intereses del paísJaime Matus Vigil, Director Ejecutivo de la ANIA
“La mayor ventaja que presenta estar colegiado es que posibilita acceder a una red profesional que lo pone en contacto con otros ingenieros con experiencia y conocimientos en áreas afines. Por otra parte, el colegio constantemente ofrece cursos y seminarios de formación, al igual que charlas, conferencias y congresos, que dan al agremiado la oportunidad de manría de estos no lo hace porque se dedica a otras actividades agrícolas”, comenta Ernesto Ochoa, director ejecutivo del CINAH.
José Ramón Molina, presidente del Colegio de Ingenieros Agrícolas de Costa Rica, comenta que en el país existen 6.000 colegiados, lo que representa un 90% de los graduados universitarios. El 10% que no se inscribe lo hace porque no ejercen la profesión o se dedican a la docencia. Los profesionales de las ingenierías y la arquitectura en Nicaragua no cuentan con Ley de colegiación que los ampare. “Actualmente los profesionales se encuentran organizados en tres entidades profesionales y ninguna de ellas puede darle una respuesta adecuada a sus asociados por la falta de una Ley de Colegiación que permita no solo regular su ejercicio profesional, sino que también salvaguardar sus derechos profesionales y contribuir a los intereses del país en la conservación y aprovechamiento de este valioso recurso humano”, opina el director ejecutivo de la ANIA.
INGENIEROS PARA EL DESARROLLO
Coinciden expertos educacionales que una de las dificultades que enfrentan las sociedades centroamericanas es la adaptación apropiada de la oferta formativa de ingenieros con la demanda de profesionales competentes en cada área. La sociedad evoluciona – avanza o retrocede– afectada por múltiples cambios políticos y sociales. Crisis económicas o institucionales afectan la capacidad de las empresas de ofrecer pleno empleo a todas las especialidades de la ingeniería. Sin embargo, formar ingenieros y técnicos auxiliares de las ciencias de la ingeniería es uno de los requisitos esenciales para lograr los niveles de desarrollo que los pueblos requieren para su desarrollo económico y social.