Las universidades renuevan sus planes académicos incorporando las mejores herramientas de investigación e innovación tecnológica para sus profesionales.
La motivación por estudiar una ingeniería puede ser distinta de un estudiante a otro. Algunos jóvenes se sienten atraídos por su inquietud sobre el funcionamiento de las cosas. Para otros, lo que desean es aportar al progreso y un mejor futuro para sus países. Algunos se centran en el deseo de tener una carrera exitosa y rentable. Sin importar cuál sean las motivaciones, lo que se requiere es disposición y las habilidades lógico matemáticas.
El término ingeniero proviene del latín “ingenium”, que hace referencia a la facultad del hombre para inventar con facilidad. Es decir, un ingeniero es la persona encargada de aplicar sus conocimientos para resolver problemas prácticos y técnicos en su lugar de trabajo.
Son diversas las ramas de la profesión. Desde las tradicionales ingenierías civil, química, mecánica, eléctrica, y agrícola, hasta las nuevas especialidades de ingenierías en informática, telecomunicaciones, sistemas y mecatrónica, entre otras. Una demanda de especialidades y subespecialidades que crece continuamente en proporción al desarrollo de la ciencia, la tecnología y el desarrollo de los países.
“El Departamento de Trabajo de los Estados Unidos señala que los empleos que más crecerán de aquí al 2025 son los relacionados con la tecnología (carreras vinculadas con informática y sistemas), los cuidados médicos como terapistas y radiólogos, y los intérpretes y traductores. También, existirán nuevas áreas que se desarrollarán fuertemente y requerirán de nuevos profesionales, como las ciencias ambientales, la biotecnología, la nanotecnología, la ingeniería molecular y la mecatrónica”, señala Laura Ripani, especialista líder en la División de Mercados Laborales del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Según la experta, América Latina está viviendo “un entorno laboral en movimiento”, por lo que los profesionales deben seguir invirtiendo en su educación y formación, en esquemas de formación continua. “La educación ya no termina al acabar la escuela, sino que los trabajadores del futuro vamos a necesitar actualizarnos permanentemente para poder enfrentar los cambios constantes del mundo laboral”, dice.
OFERTA ACADÉMICA
La Facultad de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad Centroamericana (UCA) “José Simeón Cañas” de El Salvador ofrece seis carreras de ingeniería
A partir de 2019 la universidad incorporará dos nuevas carreras: Ingeniería de Alimentos e Ingeniería Energética. Estas “surgen a partir de un proyecto con la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), en donde se vinculó al sector académico con el sector productivo para ver las posibilidades de mejorar los programas académicos que las diferentes carreras ofrecían hasta el momento”, comenta Carlos Cañas, decano de la Facultad Ingeniería y Arquitectura de la universidad salvadoreña
El académico indica que la carrera más demandada por el alumnado es la ingeniería industrial, seguida de las ingenierías en informática y química. Para comenzar sus estudios los alumnos deben aprobar el examen de admisión que evalúa el nivel de matemáticas que traen los estudiantes. Asimismo, se imparte un curso preuniversitario para retomar la matemática del bachillerato.
La universidad cuenta con un Centro de Orientación Profesional con la misión de “apoyar a los estudiantes egresados para que tengan mejores condiciones de empleabilidad y de vinculación con el sector productivo”, relata.
La Universidad Autónoma de Centroamérica (UACA) en Costa Rica cuenta con cinco carreras de ingeniería. Dennis Bolaños, subdirector académico, indica que el nivel educativo en la materia de matemáticas de los egresados de educación media presenta deficiencias.
“En el corto plazo, la universidad tendrá que incluir en sus programas cursos nivelatorios en ciencias básicas como matemáticas, física y química, como resultado de las grandes falencias de los egresados de secundaria. Claramente podrá provocar malestar en los estudiantes pues los programas de estudios crecerán en tiempo y en costo”.
En Honduras, la Universidad Nacional Autónoma (UNAH) ofrece diez carreras de ingeniería. A nivel nacional cuenta con 14.577 alumnos. La carrera con mayor demanda es la de ingeniería en sistemas, seguida por ingeniería eléctrica industrial, y civil. Actualmente, solamente cuenta con una Maestría en Construcción para dar continuidad a los estudios de Ingeniería Civil. La universidad está trabajando en la creación de postgrados adicionales, como la maestría en Tecnología, Telecomunicaciones y una enfocada en Ingeniería Ambiental.
Los cambios científicos y tecnológicos serán tan grandes en los próximos años que lo mejor es formar estudiantes con una sólida formación profesional.
Carlos Cañas, Decano de la Facultad Ingeniería y Arquitectura de la UCA
El joven que quiere estudiar una ingeniería en la UNAH debe aprobar la Prueba de Actitud Académica con un puntaje mayor a 1.000 puntos. Este año se está incorporando una prueba adicional de aprovechamiento matemático. “Considero que se debe de buscar un acercamiento entre las áreas físico-matemático de la universidad y de educación media para mejorar las deficiencias que algunos jóvenes tienen”, dice Eduardo Gross, decano de la Facultad Ingeniería de la UNAH.
El académico comenta que la Facultad está en un proceso de mejora continua. “Se ha culminado una etapa de autoevaluación y se está buscando una reforma del diseño curricular que se tiene en cada una de las carreras. A su vez, se hará una inversión de US$32,8 millones en el desarrollo de un edificio que tendrá aulas para clases de pregrado y postgrado, así como 73 laboratorios para todas las ingenierías. La inversión no incluye el equipamiento tecnológico. Se espera que la obra inicie en septiembre de 2018 y que su construcción dure dos años”.
HERRAMIENTAS Y HABILIDADES
La UCA forma parte de la Asociación de Universidades de América Latina, que integra a 31 universidades de la región, y permite la realización proyectos de investigación compartida y el intercambio de profesores y estudiantes.
“Los cambios científicos y tecnológicos serán tan grandes en los próximos años que lo mejor es formar estudiantes con una sólida formación profesional, capaces de adaptarse a los cambios y que puedan dar soluciones nuevas a los problemas. Para esto, nuestros estudiantes tienen laboratorios especializados para cada ingeniería”, explica Cañas.
Dentro del valor agregado de la UNAH está la generación de grupos de investigación. “En este momento estamos trabajando en abrir un Instituto de Investigación de la Facultad y contamos con cuatro grupos de investigación acreditada: uno con la carrera de Ingeniería en Sistemas, otro con Ingeniería Eléctrica Industrial y dos con Ingeniería Civil. Estos participan en congresos nacionales e internacionales, y cuentan con la coautoría en las investigaciones. Asimismo, tienen programas de círculos de creatividad, incubadora de ideas, movilidad académica y relevo docente”, dice Gross.
VINCULACIÓN ACADEMIA-COLEGIOS PROFESIONALES
La dirección de las carreras de ingeniería de la UACA en Costa Rica y la UNAH en Honduras tiene una estrecha relación con los colegios profesionales, y son miembros activos de ellos.
“Por razones históricas la vinculación universidad-empresa no ha sido tan abierta como en otras partes del mundo. Esta es una debilidad institucional que se superó con una evaluación realizada de la Facultad de Ingeniería de la UCA. Los nuevos planes de estudio buscan crear espacios para que los estudiantes puedan hacer prácticas en las empresas como parte de su formación dentro de sus clases y no como una actividad extracurricular. Se crearon además cuatro asignaturas optativas técnicas. En El Salvador no existen los colegios profesionales. Sin embargo, hemos tenido muy buena relación con estas asociaciones gremiales a lo largo de los años”, dice Cañas. Con cada actualización de los planes de estudio, la universidad los invita para que proporcionen retroalimentación.
Actualmente, el Colegio de Ingenieros Civiles (COICI) de Panamá, la Universidad de Panamá y la Universidad Tecnológica, integran junto con otros colegios y el Ministerio de Obras Públicas de Panamá, la Junta Técnica de Ingeniería y Arquitectura. En esta Junta, se regulan las profesiones de la ingeniería y arquitectura, y se integran comisiones para analizar la mejora de las carreras”, comenta Rolando Antonio Lay De Gracia, director del COICI.
Jaime Matus Vigil, director ejecutivo de la Asociación Nicaragüense de Ingenieros y Arquitectos (ANIA) comenta que la entidad mantiene estrechos vínculos con las universidades y tienen convenios con las principales instituciones que forman a profesionales de ingeniería y arquitectura.
CONSTRUYENDO FUTUROS BRILLANTES
Investigación y formación continua. Con 29 años, el ingeniero costarricense Aisen Brenes Alvarado labora para una compañía de Miami, en Estados Unidos, como Lead Software Developer. Este año empezará un postgrado de administración de proyectos que complemente sus estudios de Ingeniería en Sistemas en la UACA.
“La universidad me enseñó una buena base general de la carrera y a poder enfrentarme a la vida laboral. Pero cuando se ingresa al mundo profesional se tiene que aprender muchas cosas y continuar aprendiendo durante toda la vida laboral para ser más competitivo y ampliar los conocimientos”, dice Brenes.
“Elegí estudiar una ingeniería en el área de tecnología ya que me gustaba el contenido de la carrera y las áreas profesionales en las que podría desenvolverme, además de ser una carrera con futuro laboral. Mis bases matemáticas lógicas y analíticas eran buenas, pero tenía que mejorar conceptos y aprender más sobre la matemática para los cursos más avanzados.”
El principal reto que enfrentó fue el tener que investigar nuevos temas que no conocía para realizar proyectos finales de los cursos con esos nuevos conocimientos. “Un gran reto fue trabajar en equipo con los compañeros del curso. Uno se da cuenta de la importancia de trabajar bien en equipo para desarrollar correctamente los proyectos.”
Disciplina y dedicación. María José Rodezno Ayestas, de 20 años, es pasante de tercer año de Ingeniería Mecánica con una licenciatura menor en Ingeniería Ambiental en Kun Shan University of Technology de Taiwán. “Mis expectativas al llegar a Taiwán fueron sobrepasadas, ya que es un país que ofrece tantas oportunidades de aprendizaje y crecimiento. Al principio no fue tan sencillo, porque aunque recibí una muy buena educación, el ritmo de estudio en Asia es muy diferente al nuestro. En este país los jóvenes suelen graduarse de colegios técnicos si pretenden estudiar una ingeniería, por lo tanto su conocimiento es muy amplio. Sumado a esto, maestros exigentes y hasta un ambiente sumamente competitivo. Estudiar una ingeniería requiere de muchos sacrificios, determinación y dedicación. La perseverancia y la disciplina son indispensables para alcanzar el éxito”, dice.
El reto más grande que Rodezno ha enfrentado es el cursar una carrera en un idioma diferente, siendo la única mujer en el grupo y demostrar que es capaz. “Dentro de mis logros está haber podido penetrar en una cultura tan diferente, conocer el mundo, aprender a manejar diferentes programas, visitar grandes compañías Taiwanesas, cursar una licenciatura menor en Ingeniería Ambiental y poder trabajar en mi proyecto de graduación con profesores sumamente talentosos.
Piensa en optar por una maestría una vez culminados sus estudios de pregrado. “Estoy muy interesada en la Ingeniería Renovable y las diferentes maneras de implementar nuevas tecnologías en América Latina. Creo fielmente que la protección de nuestros recursos naturales, así como el desarrollo industrial, es vital en nuestra región. A largo plazo deseo poder encontrar un trabajo y desenvolverme como profesional y siempre está el anhelo de poder regresar a mi país y transmitir mis conocimientos”, concluye.