A pesar de mayoría abstencionista, los guatemaltecos decidieron que diferendo fronterizo con Belice se lleve a la Corte Internacional de Justicia (CIJ). Ahora será Belice el que decida por referendo si acepta el reto.


Aunque histórica, la consulta popular dejó un sabor agridulce porque no participó la mayoría de los más de 7,5 millones de guatemaltecos empadronados, pero el “sí” fue abrumador para un triunfo que superó las expectativas y conmovió al mismo presidente, Jimmy Morales.

En 1994, para reformar la Constitución y reducir de cinco a cuatro año el periodo presidencial participó el 15,88 por ciento y ganó el “sí”, y en 1999, para que los Acuerdos de Paz firmados el 29 de diciembre de 1996 con los que se puso fin a la guerra interna que desangró al país adquirieran una categoría constitucional, el pueblo dijo “no” con un 18,55 por ciento de asistencia.

Ahora, la asistencia superó el 24 por ciento. El voto a favor para llevar el caso a La Haya fue arriba del 95 por ciento, pero el abstencionismo fue el gran ganador con más del 75 por ciento.

ALDANA: “PROCESO EN GUATEMALA HA SIDO IMPROVISADO”

Entre los ausentes en las urnas del referéndum por el añejo litigio marítimo, territorio e insular con Belice figuró la actual fiscal general, Thelma Aldana, una reconocida luchadora contra la corrupción y la impunidad que no votó por considerar que Belice “está en ventaja” y que el proceso fue “improvisado”.

La ventaja es porque la excolonia británica realizará su referéndum después de conocer el resultado alcanzado este domingo.

En opinión del excanciller guatemalteco Carlos Raúl Morales, todavía falta por conocer la decisión que adoptarán los beliceños, cuyo gobierno, según el embajador Alexis Rosado, ya inició una campaña por el “sí”

Porque de ganar el “no” en ese país, Guatemala tendría que buscar un mecanismo legal para llevar su reclamo de forma unilateral a La Haya, según advirtió Morales, quien fue ministro de Exteriores del gobierno del presidente Jimmy Morales hasta 2017.

“10 GUATEMALTECOS ASESINADOS POR TROPAS BELICEÑAS”

Pero más que recuperar el territorio, Guatemala lo que necesita es una certeza jurídica en la hasta ahora conocida como Zona de Adyacencia -frontera no delimitada-, supuestamente para que ya no se registren incidentes -10 guatemaltecos muertos desde 1999 a manos de tropas beliceñas- y para que se incremente la relación bilateral entre los dos pueblos.

Y es lo que los inversionistas extranjeros miran, la certeza que les de confianza y seguridad a su capital que destinan en busca de la prosperidad.

Guatemala demostró con esta votación que es un país con vocación democrática, que quiere solucionar sus diferencias territoriales con su vecino por la vía pacífica y jurídica, tal y como reconocen sus autoridades.

Ahora le tocará el turno a Belice, no solo de honrar el compromiso suscrito con Guatemala bajo los auspicios de la Organización de Estados Americanos (OEA) en 2008 y ratificado en 2015, de hacer la consulta, sino también de solucionar un conflicto que ha sido heredado década tras década.

Y lo importante es, como dicen los analistas, que aún cuando el abstencionismo fue alto, la población fue a votar por solucionar el diferendo ante la Corte de las Naciones Unidas, pero allí el proceso durará al menos ocho años.

JOV (efe, Reuters)

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