El sector de servicios, construcción y turismo dinamizarán la economía en 2018. Las remesas aumentan significativamente en toda la región. Costa Rica y El Salvador presentan una situación fiscal más comprometida.


Panamá y República Dominicana son las economías con las mejores proyecciones de crecimiento en el 2018, aportando los mayores ingresos fiscales del área. Estimaciones de instituciones económicas indican que los demás países de la región centroamericana presentarán un relativo estancamiento en los niveles de crecimiento observados en 2017. La razón principal está relacionada con los esfuerzos por controlar el déficit fiscal reduciendo la participación del gasto del sector público. Adicionalmente, han sufrido un deterioro los precios internacionales de algunos productos de exportación y debido en cierta medida a los efectos de la criminalidad y la polarización política.

DESARROLLO ECONÓMICO REGIONAL

Panamá es el país de toda América Latina y el Caribe con mayor potencial de crecimiento para el bienio 2017 y 2018. Así lo ha proyectado el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y el Banco Mundial.

Se estima un crecimiento de la economía panameña liderado por el sector de la construcción, comercio minorista, transporte y comunicaciones. “La construcción de la segunda línea del tren subterráneo continúa avanzando tal como estaba planeado y las exportaciones están creciendo gracias a la expansión del Canal. Desde mediados del año 2016, las obras han permitido el paso de los buques New Panamax de mayor capacidad”, afirma Carlos Végh, economista jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe.

Complementan otros proyectos de inversión, como el nuevo aeropuerto, un puente adicional que cruzará el Canal y un desarrollo urbano en la zona de Colón. Inversiones que seguirán contribuyendo a generar tasas de crecimiento económico en los próximos años, agrega el especialista.

República Dominicana es el segundo país con mayor crecimiento de Centroamérica y el Caribe, con un 5,3% esperado en 2017 y 5,0% en 2018 según las estimaciones del Banco Mundial. La entidad estima que estas tasas están sustentadas principalmente en los mayores ingresos disponibles, como resultado de los bajos precios del petróleo, así como los aumentos de los ingresos por concepto de turismo debido a la recuperación de la economía de los Estados Unidos. El FMI proyecta que ésta nación superará la tasa de crecimiento de Panamá en 2018.

En Nicaragua, el crecimiento será robusto, apoyado por una sólida demanda agregada y un fuerte impulso de las exportaciones. Por otro lado, “el financiamiento de un alto déficit de la cuenta corriente presenta una importante vulnerabilidad, especialmente si el precio del petróleo se incrementa en el mediano plazo”, dice Végh.

Por los programas de inversión pública y la eficiente atracción de la inversión extranjera que han tenido en los últimos años, sobresale a nivel regional Panamá y Nicaragua. “Ambos países, con la salvedad de la situación política de Nicaragua y que incluso ha sido cuestionada recientemente por congresistas de

Estados Unidos, han construido un ambiente relativamente estable que atrae la inversión, al fortalecer los temas de la infraestructura física, seguridad física y jurídica, fortalecimiento del capital humano y un ambiente de menor polarización política”, explica el economista Abelardo Medina, coordinador del área macro fiscal del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI).

Precisa Medina que es importante destacar que en estos países, aun cuando el sector privado continúa teniendo una importancia significativa, el impulsor principal de la economía y el direccionamiento han estado a cargo del sector público.

“Guatemala seguirá creciendo a poco más del 3%, reflejando un aumento similar del consumo debido en parte a mayores remesas. Esto ha contribuido también al crecimiento del comercio y la inversión. El comercio internacional también tuvo una mejora saludable – las exportaciones e importaciones crecieron un 7% y 6%, respectivamente, en el primer semestre del año, luego de un colapso de las exportaciones en el 2016”, manifiesta el economista jefe del Banco Mundial. En El Salvador, el crecimiento se mantendrá relativamente bajo en el 2018, debido principalmente a problemas fiscales que no están completamente resueltos y a un crecimiento moderado del consumo y exportaciones netas. Végh hace notar que “la reciente reforma al sistema de pensiones vigente ha sido un paso muy importante en el marco de la consolidación fiscal necesaria, dado que el déficit del sistema de pensiones refleja casi un 50% del déficit fiscal del sector público”.

En Honduras, el crecimiento del PIB aumentará ligeramente en el 2017, en parte por un aumento de la producción agrícola e inversión. La economía también se beneficiará de la recuperación de la economía estadounidense y altas remesas en el año 2017. Jorge Madrigal, economista consultor de la secretaría ejecutiva del Consejo Monetario Centroamericano (CMCA) sostiene que el país ha destacado como la economía más dinámica, a pesar del ciclo electoral en que se encuentra. Las dificultades experimentadas para concluir un proceso político sin cuestionamientos se reflejarán en un deterioro en el ritmo económico.

La recuperación de la economía americana es conveniente para la región centroamericana dado que el 40% de las exportaciones tienen como destino final Estados Unidos y a que otro 35% del total de las mis-mas depende del comercio intrarregional

Óscar Jasaui, presidente de Pacific Credit Rating

El crecimiento en Costa Rica, para Végh, continúa siendo sólido, pero se está desacelerando, en particular debido a un deterioro en los términos de intercambio, menor crecimiento del crédito y el deterioro de la posición fiscal. Reformas fiscales tanto por el lado del gasto como de los ingresos son críticamente importantes. Óscar Jasaui, presidente de la calificadora de riesgo Pacific Credit Rating, prevé nuevos proyectos de desarrollo comercial e industrial en la nación, aprovechando el modelo de zonas francas.

En general el sector de servicios mantendrá un fuerte dinamismo en la región Centroamericana, impulsado por el turismo. “La actividad financiera y de seguros han sido de los más dinámicos y es muy probable que se mantengan así. Otro sector con gran potencial en la región es la construcción, tanto de carácter privado como aquella derivada de la ejecución de proyectos de infraestructura pública”, anticipa Jorge Chaves, subdirector general de la agencia calificadora SCRiesgo.

SOSTENIBILIDAD FISCAL Y CARGA TRIBUTARIA

En los últimos años, Centroamérica y República Dominicana han avanzado hacia posturas fiscales coherentes con el concepto de sostenibilidad fiscal que el CMCA ha definido. “En promedio la región, en específico en 2017, ha reducido sus déficits fiscales, mejorando la recaudación y reduciendo el crecimiento del gasto público, y por ende reduciendo el crecimiento de la deuda pública. Sin embargo, no todos los países han registrado mejoras. Algunos presentan una situación fiscal más comprometida, como Costa Rica y El Salvador. Ambos necesitan reformas importantes para mejorar el desempeño de sus respectivas finanzas públicas, indica el economista Juan Izaguirre del CMCA.

El especialista refiere que la región como un todo ha mejorado su gestión de las finanzas públicas, ya sea por mejores prácticas o por marcos legales que resguardan la sostenibilidad fiscal, pero es necesario implementar reformas fiscales destinadas a asegurar ingresos y flexibilizar el gasto. Únicamente así se asegurará la sostenibilidad fiscal en el mediano plazo. “A nivel de país existe heterogeneidad en cuanto a la fortaleza de las finanzas públicas, lo cual es constatado mediante los resultados de las calificaciones de riesgo a nivel de país, y que en algunos casos, alcanzar este óptimo tomará un tiempo mayor”. Para el coordinador del área macro fiscal del ICEFI, el mayor esfuerzo por recuperar el control sobre el crecimiento de la deuda y el control del gasto público lo realizan Costa Rica, El Salvador, Guatemala y en menor medida en Honduras. Por su parte Panamá y Nicaragua tendrán un comportamiento relativamente más flexible por lo que podrían continuar con sus planes de inversión pública que han producido un mayor crecimiento en los últimos años.

No existen en la región reformas tributarias significativas, a excepción de Honduras que desde el año 2014 ha venido implementando varias medidas, tanto favorables como desfavorables para la generación de ingresos. “Se esperaría que la recaudación se mantenga en los mismos niveles actuales, alrededor de 14% a nivel de Centroamérica y República Dominicana, teniendo a Guatemala como el país con menor presión tributaria (alrededor de 10% del PIB) y Honduras y Nicaragua como los que presentan mayor recaudación (más del 16% del PIB).

“Sería interesante que la región, aprovechando coyunturas como la unión aduanera de Honduras y Guatemala, y posiblemente El Salvador, tomaran la iniciativa de homogenizar los incentivos fiscales para atraer inversiones. Eso podría ser un factor importante para fortalecer la actividad de recaudación de la administración tributaria”, refiere el también economista del CMCA, Wilfredo Díaz.

BALANZA COMERCIAL Y LA UNIÓN ADUANERA

Los países de Centroamérica y República Dominicana son importadores netos, reflejando siempre una balanza comercial deficitaria. AméricaEconomía Centroamérica realizó una proyección aritmética de las cifras de exportaciones e importaciones de todos los países de la región para el 2017, y los comparó con los valores registrados en 2016.

Para finales de 2017 se prevé un total de exportaciones alrededor de US$49.865,2 millones, registrando un aumento respecto al 2016 del 4,58%. En tanto, las importaciones rondarán los US$91.357,6 millones, cifra mayor en un 2,44% respecto al año pasado.

Los economistas del Consejo Monetario Centroamericano (CMCA) consideran que las exportaciones de los productos agroindustriales y bienes manufacturados, principalmente las prendas de vestir y los materiales médico quirúrgicos, se verán estimuladas por una mayor demanda externa y mejores términos de intercambio en el 2018. Esperan que “el precio del café, uno de los principales bienes exporta-dos por la región, supere en 5,5% en promedio al nivel observado durante el 2017.

”Para el año siguiente, “la posible adopción de políticas proteccionistas por parte de Estados Unidos se plantea como un riesgo latente. En cambio, persiste la expectativa de que a mediados de 2018 El Salvador y Nicaragua se adhieran al acuerdo de unión aduanera suscrito entre Honduras y Guatemala en 2017, lo que fomentaría el comercio intrarregional y el crecimiento en la región”, anticipan los expertos.

En junio de este año entró en vigencia un acuerdo de Unión Aduanera entre Guatemala y Honduras, reactivando las aspiraciones de contar con un territorio comercial único en la región. El acuerdo permite el ingreso de bienes producidos en ambos países sin el pago de impuestos, comercializándose sin restricciones.

Melvin Redondo, Secretario General de la Secretaría de Integración Económica Centroamericana (SIECA) comenta que “actualmente, toda la región está trabajan do en componentes clave de una unión aduanera, tales como la armonización del arancel externo común, armonización de normativa aduanera, homologación de reglamentación técnica, libre comercio de mercancías, entre otros. A medida que se avancen en estos temas, nos acercamos más a la Unión Aduanera Centroamericana.”

El secretario afirma que la SIECA está trabajando en la implementación de la Estrategia Centroamericana de Facilitación del Comercio y la Competitividad, así como apoyando a los países de la región en la simplificación de trámites fronterizos, tanto en el aspecto de aduanas como en otros vinculados al comercio exterior – migración, sanidad, ventanillas únicas, por ejemplo.

POLÍTICA MONETARIA

Los expertos opinan que no necesariamente debe recurrirse a la política monetaria como un instrumento de estabilización económica, ya que su potencial es bajo. “En general los países de Centroamérica y República Dominicana están creciendo en forma robusta y sostenida, y por lo tanto no necesitan recurrir a la política monetaria para estimular el crecimiento. Esto es un arma a usar cuando una economía entra en una fuerte des-aceleración o recesión. En una economía que, por ejemplo, está creciendo al 4-5%, el rol de la política monetaria debería consistir en mantener una inflación baja y estable – idealmente alrededor de un 2%”, recomienda Végh.

“Nótese que Panamá y El Salvador utilizan el dólar por lo que no disponen de política monetaria, y República Dominicana y Honduras tienden a usar el tipo de cambio como ancla nominal. Pero en los últimos meses, República Dominicana ha bajado tanto la tasa de política monetaria como los encajes legales para estimular la economía. Finalmente, Costa Rica y Guatemala no han sido muy activos en el uso de la política monetaria como instrumento de estabilización macroeconómica.”

REMESAS Y MIGRACIÓN

Las remesas recibidas en la región Centroamericana han subido consistentemente en años recientes. A finales de 2016 crecieron en un 7,97% respecto al 2015. En el 2017 el incremento ha sido aun más significativo e inusitado, registrando un crecimiento del 12,4% en el primer semestre del año en comparación al mismo período del año pasado. Guatemala, República Dominicana, Honduras y El Salvador son los países que reportaron un mayor crecimiento en el envío de las remesas.

“Es difícil saber si esto es simplemente continuación de la misma tendencia o si hay un efecto de anticipación de posibles restricciones por parte de Estados Unidos. Vale la pena recordar la importancia que tienen las remesas para países como Honduras y El Salvador, cuyas remesas representaron un 18,0% y 17,1% de su PIB en el 2016, respectivamente”, analiza Carlos Végh, economista jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe.

Para el 2018, Óscar Jasaui, presidente de Pacific Credit Rating, prevé “que estos flujos continúen al alza, aunque a un ritmo menos acelerado. Sobre todo, si dentro de la agenda política estadounidense, comienzan a implementarse políticas más restrictivas que limiten a los migrantes.

”Con él concuerdan los economistas Jorge Madrigal, Juan Izaguirre y Wilfredo Díaz del CMCA, comentando que “los posibles cambios en la política migratoria de EE.UU., así como el aumento de las deportaciones, la restricción al envío de remesas y suspensión del estatus de protección temporal para El Salvador, Honduras y la finalización del mismo para Nicaragua, representan riesgos importantes para la región.” Agregan que “el crecimiento económico y baja de la tasa de desempleo hispano en los EE.UU, han acrecentado el envío de remesas familiares, que en parte ha sido una medida precautoria de los migrantes”.

DESAFÍOS

La Oficina del Jefe Economista del Banco Mundial ha señalado tres desafíos que la región debe tener en cuenta. El primero se refiere a la necesidad imperiosa de emprender o continuar con consolidaciones fiscales en la mayoría de los países América Latina y el Caribe, donde 28 de los 32 países tendrán un déficit fiscal en el año 2017. “Si los déficits fiscales siguen en el nivel actual, los niveles de deuda continuarán creciendo – el nivel de deuda pública para toda la región es de casi 60% del PIB –, lo que dificultaría y encarecería el financiamiento externo, afectando negativamente la inversión y el crecimiento”.

El segundo es en relación a la ‘normalización’ de la política monetaria en Estados Unidos y, en menor medida, en Europa y Japón. “Esto resultará eventualmente en un aumento en las tasas de interés internacionales y apreciación del dólar – y en consecuencia la depreciación de las monedas domésticas en la región –, lo que podría obligar a algunos bancos centrales a subir la tasa de política monetaria para defender la moneda local”.

Finalmente, continúa la incertidumbre con respecto al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y otras posibles medidas proteccionistas y migratorias por parte de Estados Unidos.

Especialistas del Consejo Monetario Centroamericano advierten que en el corto y mediano plazo, el principal freno para el crecimiento económico es la falta de reformas estructurales que permitan un desempeño más eficiente de los mercados, tanto de bienes y servicios como el laboral, así como una mayor integración de los mismos a nivel regional. “Adicionalmente, a esas recomendaciones deben agregarse ahora las de reforzar las relaciones multilaterales, con el fin de adaptarse a los nuevos retos de la economía global”, puntualiza.

Los cambios en la percepción de riesgo marcan la diferencia. “Es muy probable que El Salvador y Guatemala sean los más comprometidos. Luego de estas recientes elecciones, Honduras es otro país que pasa a la incertidumbre”, dice el presidente de Pacific Credit Rating.

Óscar Jasaui opina que toda la región debe reducir los costos de transacción asociados con altos niveles de inseguridad y carencias en infraestructura, que condicionan una mejora en el clima de inversión y limitan los flujos de Inversión Extranjera Directa. Sumado a esto, el hacer esfuerzos para mejorar la incapacidad de generar fuentes de empleo y los efectos que conllevaría enfrentar mayores tasas de inflación.

En el largo plazo, será fundamental que Centroamérica y República Dominicana mejoren la calidad y el acceso a la educación, garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas (incluida la reforma de los regímenes de pensiones), promover la adopción de nuevas tecnologías y promover la inversión en infraestructura y telecomunicaciones. Adicionalmente la mejora en las condiciones de seguridad ciudadana y el combate de la corrupción.

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