Proyecciones estiman que la economía mundial crecerá en 3,6% en 2017 y en 3,7% en 2018. Mercados emergentes motivan recuperación.


La economía global experimentará en 2018 un crecimiento potencial levemente mejor que el desempeño en 2017. El repunte de la actividad mundial que empezó en 2016 ha seguido fortaleciéndose, respaldado por factores positivos de las economías de mercados emergentes y en desarrollo. Este crecimiento crea un entorno de crecimiento regional concordante con la recuperación de las economías avanzadas.

Conforme a las últimas estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), contenidas en su World Economic Outlook a octubre de 2017, el crecimiento mundial para 2017 debería alcanzar un 3,6% y un 3,7% el 2018. Esto es atribuible a notables incrementos en la inversión, el comercio, la producción industrial y el alza de las economías avanzadas en la zona del euro, Japón y las economías emergentes de Asia, Europa y Rusia. En estas zonas, el crecimiento durante el primer semestre de 2017 superó las expectativas que compensan las revisiones a la baja para Estados Unidos y el Reino Unido.

El informe del FMI indica que las economías avanzadas presentan algunas tendencias negativas. En el Reino Unido la actividad se desaceleró más de lo previsto en el primer semestre de 2017. En tanto, se proyecta que Estados Unidos crezca en 2,2% en 2017 y 2,3% en 2018, ligeramente por encima de su potencial, por lo que se estima que en el mediano plazo su crecimiento se modere. En 2016 la economía estadounidense creció al 1,5%.

Las economías emergentes que exportan materias primas, en especial las exportadoras de energía, continúan enfrentando dificultades, al igual que varios países que están atravesando momentos de agitación civil o política, sobre todo en el medio oriente, África boreal y subsahariana y América Latina.

“En China y otras economías emergentes de Asia, el crecimiento conserva el vigor, y las condiciones aún difíciles que están atravesando varios exportadores de materias primas de América Latina, la Comunidad de Estados Independientes y África subsahariana muestran algunos indicios de mejora”, destaca el informe.

El FMI indica en su investigación que la inflación de precios y salarios, obstinadamente débil en muchas economías avanzadas, hace pensar que sigue habiendo capacidad ociosa. Al mismo tiempo, las perspectivas de mediano plazo para el crecimiento del PIB per cápita también son débiles en muchas economías avanzadas y de mercados emergentes.

LATINOAMÉRICA CON MIRAS AL DESARROLLO Y LA RECUPERACIÓN GRADUAL

Carlos Végh, economista jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, en el informe titulado “Perspectivas económicas mundiales”, revela dos puntos importantes a considerar. El primero es que el producto interno bruto (PIB) de Sudamérica es el 71,2% del total de América Latina y el Caribe. El crecimiento de la región básicamente refleja el de Sudamérica. Pese a ello, América Central ha crecido a un ritmo más rápido en comparación al que lo ha hecho toda América Latina.

El segundo es que la gran mayoría de los países sudamericanos son exportadores netos de materias primas y por el contrario, la mayoría de las economías de Centroamérica y el Caribe son importadoras netas de materias primas.

Proyecciones del Banco Mundial indican que América Latina y el Caribe registrarán un crecimiento del PIB del 1,2% para el 2017, con un 2,3% proyectado para el 2018, mientras que en Centroamérica y el Caribe el crecimiento se mantendrá cerca del 4% en ambos años.

“Hasta el año 2013, cuando se desploma el precio de las materias primas, las dos regiones habían crecido a tasas similares durante el período 2003-2012 – Sudamérica al 4,5% y Centroamérica y el Caribe al 4,0%. Pero a partir del 2013, el crecimiento del PIB en la región sudamericana cae por seis años consecutivos (e incluso es negativo en el año 2016). El crecimiento de 1,2% en América Latina y el Caribe en 2017 básicamente refleja que tanto Argentina como Brasil se han recuperado de sus respectivas recesiones. En Brasil, el PIB cayó casi 4%, tanto en el 2015 como en el 2016, y en Argentina cayó 2,2% en el 2016. En cambio, en el 2017, Argentina crecerá al 2,8% y Brasil al 0,7%”.

“El crecimiento económico a largo plazo en Brasil y Colombia se ha basado en mayor medida en una fuerza laboral en aumento y más capacitada, mientras que en Chile, México y Perú se ha basado en mayor medida en la inversión en capital físico. El crecimiento del número de trabajadores capacitados también ha contribuido al crecimiento en América Latina y el Caribe en mayor medida que en las economías de mercados emergen-tes y en desarrollo, mientras que [éstas últimas] se han beneficiado de una mayor acumulación de capital físico”, precisa el informe del FMI.

“El crecimiento de la economía de Estados Unidos normalmente debería ser un motor de crecimiento para las naciones centroamericanas. No obstante, para los países del Triángulo Norte ésta situación podría ser menos importante que los efectos de las potenciales deportaciones de centroamericanos, especialmente si se deciden dar por terminado los acuerdos del TPS – como ya se anunció para Nicaragua”, explica el economista Abelardo Medina, coordinador del área macro fiscal del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI). Hace referencia, también, a la iniciativa que protegía a los “dreamers” – el DACA – que el presidente Trump ha puesto en manos del Congreso para su reestructuración. Por ello, para Centroamérica, “el impacto realmente dependerá de lo que suceda en el ámbito migratorio”.

El FMI indica que las prioridades consisten en cerrar las brechas de infraestructura, invertir en capital humano, fomentar la participación de la mujer en la fuerza laboral, reducir la informalidad en el mercado laboral, mejorar la gestión de gobierno y frenar la corrupción, y profundizar la integración en los ámbitos del comercio y las finanzas.

ACCIONES POR EMPRENDER

Las condiciones financieras se man-tienen favorables en todo el mundo, y los mercados financieros no avizoran mayo-res turbulencias en el futuro, mientras el Banco Central Europeo se apresta a iniciar su proceso de normalización monetaria y la Reserva Federal continúa avanzando en el suyo. Las proyecciones de los organismos internacionales coinciden en que las autoridades de política económica deben mantener una visión a más largo plazo y aprovechar la actual oportunidad para ejecutar las reformas estructurales y fiscales necesarias para desarrollar mayor resiliencia y fomentar la productividad y la inversión.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *