Costa Rica construye la primera planta que transforma una hectárea de piña en 220 toneladas de biomasa.


Costa Rica bien podría haber encontrado una solución a su problema de residuos de piña, convirtiéndola en electricidad y biofertilizante. Se ha construido la primera planta para el aprovechamiento del rastrojo de la fruta. Se dio a conocer durante la entrega de resultados del programa Apoyo al Programa Nacional de Cambio Climático en Costa Rica.

La iniciativa es desarrollada por el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) como parte del componente mitigación, en coordinación con los ministerios de Agricultura y Ganadería, Ambiente y Energía, y Planificación y Desarrollo Económico; y el financiamiento de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).

La planta piloto se implementa en la finca Valle del Tarso, en la provincia noroeste de Upala, conocida por su sistema de producción de piña orgánica. El propietario de la finca, Evelio Chaves, explicó que por cada hectárea de piña se generan 220 toneladas de biomasa. “No hay otro cultivo que tenga tal cantidad de biomasa y, por ahora, debido a la falta de investigación, desarrollo y aplicación de técnicas modernas, se nos convierte en un problema”.

Un estudio realizado por el Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (INCAE) mostró que Costa Rica tiene 43 mil hectáreas dedicadas a cultivos de piña. Carolina Hernández, coordinadora del Programa de Biogás del ICE, explicó que la cantidad de residuos de piña genera una problemática nacional, y es interés del ICE contribuir a mitigar ese impacto.

“Para ello, se ha formulado la primera fase de las Acciones de Mitigación Nacionalmente Apropiadas (NAMA), cuyo énfasis es Energía Biomasa Residual, y así poder trasformar el uso del residuo orgánico como fuente de energía renovable”, comentó Hernández.

La principal barrera es tecnológica. “Necesitamos diseñar la máquina que permita extraer el rastrojo de piña de una forma rentable y responsable, con capacidad para extraer 220 toneladas diarias, las coloque en un centro de acopio, y luego poder triturarlas”, agregó.

Estudios del laboratorio de biogás del ICE determinaron que el residuo de la piña tiene un alto potencial de generación de biogás. Hernández dijo que “es clave trabajar con la empresa privada para que aprovechen esa biomasa para generar energía, producir fertilizantes orgánicos, y reducir su facturación en combustible por la sustitución por biometano”.

El inicio de la segunda etapa del proyecto interinstitucional será en 2018 con la aprobación y ejecución del NAMA.

Fuente: Grupo ICE

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