El Índice de Libertad Económica de 2017 destaca que las economías más libres son Panamá, Costa Rica, El Salvador y Guatemala.


Panamá es el país con la economía más libre de Centroamérica, según el think tank estadounidense “The Heritage Foundation” en su 23ª edición del Índice de Libertad Económica. Este mide la relación entre la libertad económica y el progreso.

Al analizar las puntuaciones de libertad económica y los datos macroeconómicos de 186 países, el informe se centra en 12 factores cuantitativos y cualitativos, agrupados en cuatro grandes categorías: estado de derecho (derechos de propiedad, integridad del gobierno, eficacia judicial); tamaño del gobierno (gasto público, carga tributaria, salud fiscal); eficiencia regulatoria (libertad de negocios, libertad laboral, libertad monetaria) y mercados abiertos (libertad comercial, libertad de inversión, libertad financiera).

Panamá, Costa Rica, El Salvador, Guatemala y República Dominicana anotaron entre 60-69 puntos, de un máximo de 100, clasificándose como “moderadamente libres”. Nicaragua y Honduras anotaron entre 58-59 puntos, y se clasificaron como “mayormente no libres”.

Los dos países centroamericanos de menor calificación – Nicaragua y Honduras –  se ubicaron por encima de economías más consolidadas de Latinoamérica, como Brasil y Argentina, con 52,9 y 50,4 respectivamente. El promedio de Centroamérica fue de 62,76 puntos, superior al promedio de Centro y Sudamérica de 58,7.

Panamá muestra consistencia en cada uno de los indicadores, consolidando el liderazgo regional. El país obtuvo 66,3 puntos, 1,5 más en comparación con el año pasado y se ubicó en 54 lugar en el ranking mundial. El informe atribuye el crecimiento económico del país a sus esfuerzos para expandir el comercio en la Alianza del Pacífico y negociar un acuerdo comercial con Corea del Sur, así como la simplificación de los procesos de creación de empresas y la reducción de la tasa del impuesto de sociedades.

El país mostró puntuaciones positivas en la categoría de carga tributaria de 85,2 puntos, ya que la carga impositiva es de un 15,2% del ingreso nacional total. La débil capacidad de Panamá para resolver conflictos contractuales y de propiedad se caracteriza por su baja calificación en independencia y eficacia judicial, en la que recibió una puntuación de 21,5.

Costa Rica tiene la segunda economía más libre de la región, aunque cayó 2,4 puntos en comparación con 2016. Anotó 65 puntos en general y se clasificó en la posición 63 a nivel global. El informe revela que la economía costarricense ha crecido un 3,5% en los últimos cinco años, debido principalmente a la estabilidad macroeconómica y a la apertura al comercio y finanzas global.

El indicador del gasto público es el más fuerte de Costa Rica, con 88,5 puntos. En los últimos tres años, el éste representó un 19,6% PIB total del país. Sin embargo, el informe destaca que el déficit presupuestario equivale al 5,8% del PIB, y la deuda pública es un 42,4%. Esto hace que la salud fiscal sea el indicador más débil del país con 42,2 puntos.

La tercera economía más libre de la región es El Salvador con 64,1 puntos, y se encuentra en la posición 66. Su sector más fuerte es la libertad comercial, con un puntaje de 86,5. Esto se debe principalmente a que las importaciones y exportaciones representan un 68% del PIB, y cuenta con un arancel promedio de 1,8%. Sin embargo, el informe subraya problemas sustanciales con la corrupción política y el narcotráfico, relacionada con la corrupción que permanece en el ámbito judicial. Esto contribuyendo a altos niveles de impunidad, socavando el imperio de la ley y el respeto del público por el poder judicial. Por eso, el indicador más débil del país es la integridad del gobierno, con 31,7 puntos.

Guatemala se ubica en la posición 74, con una calificación de 63 puntos, 1,2 más que el año anterior. El indicador más fuerte es el del gasto público, puesto que éste representó un 13,1% del PIB en los últimos tres años. Al igual que El Salvador, el informe enfatiza los problemas de Guatemala con la corrupción generalizada y la mala administración, especialmente en las aduanas y agencias tributarias. Por lo tanto, el indicador más débil del país es la integridad del gobierno, con sólo 27,5.

La República Dominicana ocupa el puesto 76 con un total de 62,9 puntos, 1,9 más que 2016. El sector más fuerte es el gasto gubernamental con 90,2. Según el índice, el gasto público ha ascendido a 18,1% del PIB en los últimos tres años, y el déficit presupuestario representa el 2,2% del PIB. El informe refleja que el indicador más débil es la eficiencia judicial con 25,3 puntos, debido a una corrupción sistemática en todos los niveles del gobierno, así como en el sector privado.

Los países de menor rango en la región son Nicaragua y Honduras. Nicaragua anotó 59,2 puntos. El área más fuerte es la salud fiscal, con un puntaje de 96,1. Esto deriva del hecho que los déficits presupuestarios han promediado un 1,1% del PIB, y la deuda pública es equivalente al 31,2% del PIC. Mientras, el indicador más débil es la eficacia judicial, con sólo 15,9.

Honduras, con una nota de 58,8, es el país con menor libertad económica de Centroamérica. El indicador más fuerte fue la carga impositiva con 83,3 puntos. Ésta es igual al 20,6% del ingreso total nacional. La categoría más débil fue la libertad laboral, con un puntaje de 31,2. El informe atribuye esto a la anticuada reglamentación laboral de Honduras, ya que una gran proporción de la fuerza de trabajo depende del sector informal.

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