La unidad de gestión de proyectos y programas estratégicos adscritos a la Coordinación General del Gobierno de Honduras recibió del Directorio Ejecutivo del Banco Mundial un préstamo de US$25 millones de financiamiento adicional al Proyecto de Competitividad Rural.

El objetivo es contribuir a incrementar la productividad y competitividad de pequeños productores rurales a través de la implementación de planes de negocio que permitan mejorar y agregar valor a sus productos, así como conectarse directamente con el mercado.

El proyecto se basa en un modelo de alianzas productivas basado en la integración de cadenas de valor entre cuatro actores: las organizaciones de productores, las instituciones financieras privadas para que los productores puedan acceder a recursos económicos necesarios para realizar inversiones, los aliados técnicos que proveen asesoría tanto en el campo como en la comercialización de los productos y los socios comerciales que garantizan la adquisición de productos y servicios de los productores sin intermediarios.

El proyecto conocido como “Comrural” es una iniciativa emblemática del Gobierno de Honduras para promover la competitividad agrícola en el país y se ha convertido en una parte integral de la estrategia del Gobierno para vincular a los pequeños productores con los mercados nacionales e internacionales.,

Señaló Marco Bográn, Director de la Agencia gubernamental, mediante una declaración emitida por el Banco Mundial, que “es un pilar de la Alianza para el Corredor Seco, el programa para la seguridad alimentaria y nutricional y del Plan 20/20, para mejorar la agricultura como motor de la creación de empleos sostenibles y el desarrollo económico”.    El financiamiento adicional espera beneficiar a 5,500 hogares rurales y financiar unos 70 planes de negocios durante los próximos tres años. El préstamo tiene un plazo de amortización de 25 años incluyendo un período de gracia de cinco años.

Este nuevo apoyo pone especial énfasis en aumentar la capacidad de adaptación de Honduras al cambio climático debido a su alta vulnerabilidad, que tiene efectos directos en el aumento de los niveles de pobreza y la inseguridad alimentaria. El financiamiento adicional apoyará la promoción de mejores prácticas agrícolas, así como la incorporación de nuevas tecnologías que permitan fortalecer la capacidad de los productores para hacer frente a condiciones climáticas cada día más exigentes.

Señaló Giorgio Valentini, representante del Banco Mundial en Honduras que se “busca apoyar a las poblaciones más desfavorecidas a mejorar sus condiciones de vida como elemento fundamental para poder escapar de la pobreza”.

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