Chilenos quieren exportar energía solar que se va a producir en el Desierto de Atacama. El uso eficiente de la energía siempre es un desafío constante. El ahorro forzado (racionamientos) no significa eficiencia.
Los proyectos privados en Chile fueron proyectados en US$54.333 millones para el periodo 2015-2019, según el último catastro realizado por la Corporación de Bienes de Capital (CBC) al cierre del año pasado.
El sector energía fue el de mayor impacto en el crecimiento de la inversión al presentar un aumento de 5,5% para proyectar $16.232 millones hacia el 2019.
El avance obedece al ingreso al catastro de planes como Cielos de Tarapacá, parque fotovoltaico valorado en US$1.000 millones, por ejemplo. También se agregaron tres proyectos eólicos y otro fotovoltaico.
Sin embargo, un reto para este país que arroja mejores números en economía y desarrollo que toda Centroamérica es revertir su matriz energética de 40% renovable contra 60% térmica.
Para Carlos Suazo, asesor de la división de Energía Renovable del Ministerio de Energía de Chile e investigador de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, se vislumbra a futuro la incorporación de energías verdes como la eólica y fotovoltaica, principalmente, que son variables y pueden impactar en las redes y operación del sistema eléctrico.
“Desde el punto de vista técnico, Chile cuenta con los recursos necesarios para enfrentar la incertidumbre y variabilidad de la energía renovable; pero hay otros países que no tienen esa factibilidad de lidiar”, expone.
Partiendo de un enfoque regulatorio, Suazo expone que hay que adecuar las leyes y reglamentos para “equiparar la cancha”. “Pareciera que las regulaciones fueron creadas o ideadas en un paradigma donde la energía renovable no juega ningún rol, sobre todo las no convencionales. Tenemos que actualizar las leyes para que sea una competencia pareja entre las distintas tecnologías”. En tanto, el desarrollo de las mismas es constante para integrar las fuentes de generación.
Nuevas centrales de bombeo dan mayor flexibilidad al sistema. Más elementos incorporándose a las redes. Baterías y mecanismos de control de demanda forman parte de los factores claves para mejorar la red.
Las metas propuestas por Chile a raíz del Acuerdo de París, que entró en vigor el pasado 4 de noviembre, establecen que para el año 2035 el 60% de la generación de la matriz energética chilena tiene que provenir de fuentes renovables, y que al 2050 se debe alcanzar el 70%.
“CENTROAMÉRICA ES LÍDER EN INTERCONEXIÓN”
El chileno Carlos Suazo destaca además la ventaja de que Centroamérica cuente con un sistema de interconexión eléctrica (SIEPAC). “Centroamérica es un líder de América Latina en la interconexión. En Sudamérica no hay una interconexión de esa manera. Sí hay entre Brasil, Argentina y Uruguay, y otras entre Ecuador y Colombia; pero no hay una interconexión regional complete como en Centroamérica”. No obstante, el trabajo siempre se hace a nivel ministerial para promover este tipo de interconexiones.
Sobre los costos por megawatt-hota (MWh), el asesor menciona que la gran novedad en el sistema chileno fue haber organizado una licitación internacional para llegar a precios nunca antes vistos en el mundo. “Abrimos las ofertas y vimos precios para proyectos fotovoltaicos de 29 dólares por MWh, lo que a nivel internacional era todo un récord”.
“Eso se superó semanas después por gente de Dubai; pero creamos un sistema de licitaciones que permite a la generación renovable presentar precios competitivos. Lo hemos visto en las últimas ofertas que ha presentado el sistema eléctrico chileno, donde hemos llegado a precios históricos para ese tipo de fuentes, incluso más competitivos que el carbón y que el gas natural”.
Entonces, se observa una industria renovable que ha llegado a su punto de maduración, lo que le ha permitido enfrentarse de forma competitiva a otras fuentes tradicionales.
“Contamos con unos recursos excepcionales. El Desierto de Atacama en términos de energía fotovoltaica o solar es un lugar privilegiado para su generación y por eso tenemos las ansias de convertirnos en exportadores de energía solar hacia toda la región”.
USO EFICIENTE
Concienciar sobre la e ciencia energética a sectores públicos como privados ha sido un desafío durante el transcurso de los años para rebajar las facturas de consumo, reducir las importaciones o evitar los odiosos racionamientos eléctricos.
Ricardo Lobos, asesor del Ministerio de Energía de Chile, expone que los chilenos han reaccionado favorablemente ocurrido en los últimos 20 años.
“El problema energético nos obligó a tener que cortar la luz. Ese tipo de medidas que son de ahorro forzado no son e ciencia energética. En los últimos cinco años o seis años se han tomado iniciativas desde la política pública para que eso no vuelva a ocurrir”.
Entre las acciones para promover la eficiencia energética figuran la alta difusión de medidas de ahorro a través de los diversos medios de comunicación, redes y otros canales; capacitación a los ciudadanos, información en calle, concienciación en los colegios y comunidades, y mediante las actividades de los patronatos. “Adquirir los conocimientos básicos para el ahorro de energía no cuesta nada. Así se reduce la factura”.
Lobos refiere también que se ha implementado un sistema de gestión de energía que permite que desde el Estado se comience a reducir el consumo. “Los privados siempre nos preguntaban: Bueno ¿cuándo el Estado se va a poner las pilas?… Siempre presiona y dicta leyes. ¿Cuándo va a tomar la iniciativa? .Ahora lo estamos haciendo”.
En las empresas se hacen esfuerzos grandes. Sin embargo, en el sector público y privado se choca con algunas barreras culturales. “A la gente le cuesta tomar la iniciativa y hay barreras tecnológicas. Cuesta que las empresas entiendan que comprar equipos que consumen menos energía es caro; pero a lo largo del tiempo significará menor consumo. Hay empresas o sectores que se demoran un poco más en subirse al tren de la eficiencia”.
El asesor chileno considera que no hay que apurarse a comprometer metas de ahorro o tomar iniciativas que puedan tener un rechazo en la sociedad. En este punto cobran relevancia los mensajes y el formato de comunicación sobre e ciencia energética que sea amigable y sencillo, y fácil de entender. Esto es aplicable para cualquier región del mundo.
“Alguien me puede decir: ‘ya, pero eso puede demorar un tiempo’. No importa; lo relevante es que una vez que el proceso agarre vuelo por sí solo, va a ser irreversible y va a ayudar a reducir los consumos”.
Los efectos de las medidas o iniciativas para producir un cambio favorable se han evidenciado en que la gente está comprando, por ejemplo, ampolletas eficientes. Hay una gama de electrodomésticos que consumen menos electricidad y esto se refleja en la cuenta de la luz de una familia, donde baja un 10%, 15% o 20% solamente por cambios de tecnologías.
LEY DE EFICIENCIA
Hoy en día Chile trabaja en un proyecto de Ley de Eficiencia Energética que le permitirá al Estado la compra directa.
“Hoy en día hay restricciones. No puedo comprar algo que cueste más caro que lo que está al lado. No se justifica en el Estado que yo pague por algo más si podría haber pagado por algo menos. La Ley en ese aspecto, como ejemplo, me permite a mí incorporar los componentes de evaluación que consuman menos energía. En Chile gastamos mucho dinero en climatización durante el invierno; entonces, si no tenemos un edificio que sea lo más eficiente posible, yo termino pagando cualquier cosa. El problema es que si construyo este edificio y pago una cantidad de dinero porque el formato de licitación no me permitía pagar por algo más caro, después el costo de pagar el aire acondicionado y la energía me termina pasando la cuenta. Entonces, la ley va a incorporar un montón de situaciones que van en apoyo”.
Ricardo Lobos reconoce que Chile es un país con grado de desarrollo importante; pero hay mucho que avanzar en materia renovable.
“Chile es una larga y angosta faja de tierra que no tiene cuatro sistemas de interconexión. Es decir, cuatro tramos de torres de alta tensión no están comunicados entre sí. Si yo ingreso energía no puedo llegar a Puerto Montt (región al sur de Chile) porque hay tramos donde se corta una torre y de ahí parte otra”.
“Tenemos un potencial de energía renovable importante; pero tenemos que conectar el país. La justificación es que era muy cara; pero ahora está en precios más competitivos e interesantes”.
A lo anterior se suma otra circunstancia. Si quisieran colocar paneles solares o fotovoltaicos para tener energía en otras zonas, no hay suficientes técnicos obreros para construir esas plantas. Esto amerita una mayor preocupación por formar expertos que se hagan cargo de la instalación, mantención y arreglo de los techos de las casas.
“Si yo instalo un panel solar de 300 kilos (660 libras) arriba de su casa para calentar el agua, no va a resistir. Entonces, hay procesos que nos han demorado; pero a la larga de aquí al 2050 tendremos energía renovable en 60 o 70%”.