BENITO BARANDA | PRESIDENTE EJECUTIVO DE AMÉRICA SOLIDARIA

Voluntarios que construyen redes de solidaridad en Centroamérica.
 Un cuerpo de paz de profesionales latinoamericanos. Un año de voluntariado.


La voluntad es lo más importante para apoyar a los semejantes.
Se trata de cambiar las miradas, transformar las relaciones y generar acciones de justicia para todas las comunidades que así lo demandan.

América Solidaria tiene más de 10 años de trabajar a favor de los sectores más necesitados. Surge en Haití con profesionales voluntarios comprometidos en el área de la salud y luego se expande en el resto del continente americano.

Se busca globalizar la solidaridad y proyectar la cooperación entre países para tener un continente más justo. Que los habitantes lleven una vida digna y feliz. Que se les dé oportunidad a los que por años han sido excluidos y así se logre erradicar los altos niveles de subdesarrollo. Un compromiso de cientos de voluntarios que se unen a las iniciativas positivas para las comunidades más pobres de otras organizaciones. Un cuerpo de paz de profesionales voluntarios, que quieren servir a los más pobres a través de ONG’s, entidades de la sociedad civil, iglesias o comunidades.

Benito Baranda, presidente ejecutivo de América Solidaria, destaca que en las comunidades están las capacidades para superar la pobreza y progresar, y que la plazo es proveyendo de oportunidades a esas personas para que modifiquen su realidad”.

Además de Haití, Centroamérica es un área de expansión de América Solidaria. En Nicaragua y Guatemala se colabora
en el ámbito educativo, salud y seguridad alimentaria; mientras, en Honduras se trabaja desde hace dos años. No obstante, la idea es establecerse en la región y ampliar las oportunidades en las comunidades que han permanecido en el olvido.

No estamos solos y no existen sociedades exitosas en entornos fracasados. Entremos en una cadena virtuosa donde todo se enriquece, sobre todo el alma solidaria de nuestro continente.

En una conversación con AméricaEconomía Centroamérica, Benito Baranda comenta sobre las expectativas de América Solidaria en la región.

¿Qué pasos han dado para que América Solidaria tenga mayor presencia en la región?

En Honduras comenzaron a armar una estructura jurídica para poder crear América Solidaria. La idea es que Tegucigalpa sea la sede de América Solidaria de Centroamérica. México va a tener su propia América Solidaria; pero el resto de los países van a estar concentrados
en Tegucigalpa. Por lo tanto, Costa
Rica, Belice –si en algún momento nos toca trabajar ahí-, Panamá, Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua van a estar coordinados desde Tegucigalpa.

¿Cuántos voluntarios hay?

En todo el continente tenemos 100 voluntarios profesionales trabajando. Han pasado un poco más de 600 profesionales y tenemos un poco más de 2.000 voluntarios que nos colaboran en sus propios países. Hay dos chilenas y una voluntaria de Argentina trabajando en Honduras, específicamente en Triunfo de La Cruz y Arena Blanca. Además, estamos asociados con Fe y Alegría. Trabajamos en Canaque, Guatemala, simultáneamente.

Hay muchos profesionales para trabajar en las comunidades rurales de Centroamérica, sobre todo en seguridad alimentaria. Es el foco más importante que nos están pidiendo. En el caso de Honduras también hay una preocupación por los niños que viven en la calle. Me parece que un buen lugar para trabajar ahí es en el Hogar El Diamante. También queremos llegar a San Pedro Sula; pero teniendo la oficina instalada en Tegucigalpa.

Como ahora los proyectos de Guatemala y Honduras los vemos desde Chile, la distancia es muy grande. Haití ya tiene muchos. No podemos pedirle a Haití que venga a ver los de Honduras. Entonces, necesitamos tener una coordinación regional cercana a los proyectos.

¿Se puede obviar la experiencia previa en voluntariado?

Sí. Hay muchas personas que no han tenido experiencia previa en voluntariado y que lo hacen muy bien. Hay personas que han llegado a trabajar desde la empresa privada. Hay una persona que llegó a trabajar desde Movistar e hizo muy buen trabajo en Colombia.

¿Qué nacionalidad tiene la gran mayoría?

En un comienzo, la gran mayoría era de Chile. Hoy, un porcentaje menos de la mitad es de Chile y hay un grupo grande que viene de Colombia. Como esta es una postulación libre, un país que creció mucho en esto es México, de donde recibimos 900 aplicaciones. También trabajamos en Estados Unidos con proyectos educacionales: hay un profesional de Nicaragua que está en Brooklyn; tuvimos uno de Brasil el año pasado y hay voluntarios de México.

¿Cómo se les hace ver a los voluntarios que aunque Centroamérica tiene problemas de seguridad ciudadana, ellos no la van a pasar mal?

Hay muchos profesionales postulando y les encantaría venirse para acá. Hay normas de seguridad en los lugares para evitar que ellos sufran algún delito. Lo que hacemos es invitarlos a entregar un año en comunidades que tienen muchas dificultades. Más bien decimos: ‘entre más difícil, mejor. Porque quiere decir que tú quieres extremar tus habilidades profesionales para poder trabajar ahí”.

Hace poco estuvimos en Haití visitando un lugar extremadamente pobre de Puerto Príncipe y nos encontramos solo con mujeres profesionales que venían de Colombia y Chile. En ese lugar la gente las acoge muy bien, los niños las quieren mucho y cuando las familias empiezan a conocerlas también las cuidan. Cuando tú generas en un espacio con mucha violencia un lugar de esperanza, que puede ser un establecimiento educacional, comienza a cambiar el lugar porque inmediatamente las familias sienten que es un mejor lugar para poder vivir, que existe una mejor posibilidad para sus hijos de desarrollarse. Cuando ves mucha oscuridad, sientes que no hay oportunidades de desarrollarse; entonces, la violencia es mayor porque se ve todo muy negro hacia el futuro.

El concepto generales que profesionalesy jóvenes que quieran ayudar a sus semejantes pueden participar en los proyectos de todo América. Es un deber moral de desarrollar en nuestros países. Es por el interés propio. Mientras más se desarrollen nuestros países y sean más seguros, tengamos mejor instituciones y superemos la pobreza, entonces los mercados serán más grandes y habrá mejores profesionales para trabajar. A todos nos va bien.

José Luis del Río Goudie Empresario chileno, presidente de Friosur S.A.

En Nicaragua hemos trabajado en lugares supuestamente muy peligrosos; pero entre más vinculo respetuoso teníamos con la comunidad, más nos cuidaban porque se daban cuenta que trabajamos para sus hijos. No trabajamos solos, lo hacemos siempre con una organización local, esta ya tiene prestigio en la comunidad, un cariño, un respeto.

¿Mantienen diálogo con autoridades de los países?

En algunos países hemos tenido más diálogo que en otros. En el caso de Haití llevamos 15 años. Tenemos mucho vínculo con personas del Estado. De hecho, exministros son parte del directorio de América Solidaria. En Colombia hemos trabajado bastante con el Estado porque en la zona más conflictiva de la guerrilla vamos a colaborar para que se desarrolle la actividad agrícola, que la agricultura vuelva a surgir en esos lugares. En Perú trabajamos más que nada en la educación. Cada país va viendo cómo vincularse. De hecho cuando estemos instalados en Honduras, será el directorio de Honduras el que decidirá qué hacer aquí. No nos metemos, a menos que nos inviten.

América Solidaria tiene directorios locales en siete países. Honduras sería el octavo; México, noveno. En la planificación que tenemos ahora para los próximos cuatro años está instalarnos en México y en Centroamérica, que es lo que hemos comenzado a hacer.

¿Qué otras expectativas hay en estos próximos cuatro años?

Llegar a los 300 profesionales anuales expatriados, lo que es muy fuerte para 
el sistema de América Solidaria. Nos gustaría que en todo Centroamérica, particularmente en el triángulo norte, haya gente profesional esforzándose por la vida de los niños desnutridos. El Salvador es más pequeño; pero la cantidad de pequeños desnutridos es superior a la de Haití. Entonces, nos interesa trabajar en este lugar y volver a Nicaragua, donde trabajamos antes pero por razones de presupuesto tuvimos que salir. Queremos dar una señal de que queremos estar en los países donde están las dificultades para colaborarles.

¿Cómo hacer para que los países sean más solidarios?

Nos ha tocado ir seduciendo a las empresas y decirles que América Solidaria parte de que los tres grandes actores: el Estado, la empresa y la sociedad, son claves para superar la pobreza. No podemos pelearnos en esto porque las víctimas serán los niños.

Hay niños muriendo todos los días por hambre y enfermedad. No puede
ser que los adultos discutamos y no
nos pongamos de acuerdo en esto que
es importante para nuestros países. Lo logramos en Chile, Colombia y reciente- mente, en Perú, Uruguay y Argentina, así como en Estados Unidos. Por supuesto, con el directorio que vamos a armar en Honduras, demoraremos pero nos va a ir bien, y lo vamos a lograr. Hay que derribar las fronteras para superar la pobreza de los niños.

¿Cuáles son esos bastiones para lograrlo?

El primer bastión es que conquistas personas que tienen un pensamiento similar. Eso está en el Estado y en la empresa privada, y uno va descubriendo qué personas más o menos piensan y quieren su país y su territorio igual que cualquiera de nuestros voluntarios. No están pensando en usufructuar de su cargo del Estado y de la sociedad civil. Así identificamos empresarios y empresarias que tienen esas creencias e intención. Después a organismos del Estado que nos puedan acompañar en esta tarea y luego a organizaciones que comparten valores con nosotros. Por ejemplo, Hábitat para la Humanidad, con quienes trabajamos en Guatemala; Fe y Alegría aquí en Honduras, y en el caso de Chile encontramos aliados en el mundo empresarial bastante rápido.

¿Cómo colaboran los empresarios?

Hay empresarios grandes, medianos 
y pequeños que nos pueden aportar y permitir que América Solidaria siga en todo el continente. Hay tres maneras de colaborar: nos ayudan con su experiencia a administrar muy bien los recursos y programas que tenemos. Es un ámbito extremadamente importante. La segunda forma es vincular a los empresarios
con un mundo que a veces nos ve con sospecha porque es una organización
de la sociedad civil y piensan: ‘ah, estos son revolucionarios o quieren tener una carrera política’. Entonces, si tienes un grupo de empresarios que te va conociendo y teniendo confianza, ellos dicen: ‘sí, esta persona está actuando por el bien común, no para el beneficio propio’; y en tercer lugar, cuando los empresarios con- fían en nosotros, nos ayudan y asesoran, ellos ponen dinero en las acciones que realizamos. Si ellos no confían, no tendrían acceso a la administración de esos recursos, no pondrían dinero. El camino es que les debes dar espacios para que ellos participen. Tienen que involucrarse en los programas, conocerlos, contarle
al resto de los empresarios lo que están haciendo y después de ello aportar los recursos para esto.

Las empresas ponen mucha inteligencia y voluntad para sacar adelante sus proyectos. Lo que nosotros le ofrecemos a las empresases poner la misma inteligencia y voluntad para sacar adelante proyectos de otros para superar la pobreza. Queremos que los programas tengan mucho éxito. Buscamos personas con capacidad para contribuir a superar la pobreza de los niños.

Benito Miranda, Presidente ejecutivo de América Solidaria

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