Diciembre 2016 | Edición No.9
PERSPECTIVAS 2017
Las proyecciones sobre las perspectivas de crecimiento de la economía de la región transitan entre el pesimismo ligado a eventos catastróficos y optimismo relacionado con grandes inversiones en infraestructura y actividad productiva. Enfoques contradictorios que comparten la misma base de datos macroeconómicos; pero se separan al introducir variables como el efecto de las elecciones en algunos países, los potenciales giros en la política exterior de Estados Unidos y los conflictos militares en el medio oriente.
Para el año 2017, las principales agencias económicas proyectan un crecimiento mayor al de 2016. Se estima un aumento del crecimiento del PIB mundial. Las economías emergentes podrían llegar a crecer un 0,4% más que el año anterior, acompañando la estabilización del crecimiento de las economías más sólidas. La receta es siempre muy parecida: una política fiscal que proteja a los sectores más vulnerables, que oriente recursos a reducir la capacidad ociosa de la economía y que contenga las presiones inflacionarias. Procesos que para ser exitosos requieren de contención de la deuda pública de manera de no crear desequilibrios que suban las tasas de interés y extraigan más renta de las personas.
Los pesimistas aún están tratando de evaluar los efectos del Brexit, del triunfo de Donald Trump y las elecciones en Alemania, Francia y Holanda. Se observa con ansiedad el crecimiento de los nacionalismos proteccionistas y si estas corrientes podrán debilitar los flujos de comercio internacional. En Centroamérica, la preocupación se multiplica por los millones de inmigrantes que residen en Estados Unidos y que gran parte de sus familias dependen de las remesas y apoyos que reciben regularmente.
Los riesgos más importantes de la economía local estarán soportados sobre la capacidad de los Gobiernos de establecer reglas que fortalezcan la confianza en la institucionalidad, que permita la inversión de mediano y largo plazo. Inversiones en obras e infraestructura son valiosas y requeridas; pero es más importante que las reglas sean respetadas, que se establezcan acuerdos y no se cometan excesos que desequilibren las finanzas públicas.
Para el año 2017, como equipo fortaleceremos nuestra capacidad de análisis relativo a monitorear los sectores ligados a la banca, los seguros y la construcción inmobiliaria. Estas áreas de la economía serán acompañadas del seguimiento de la evolución de las universidades, el turismo y algunas actividades relevantes, como son los programas de responsabilidad social de las empresas. Concentraremos esfuerzos en observar la evolución del sector energía, comunicaciones y transporte. Finalmente, Inteligencia de Negocios editará sus reportes de sectores a los que incorporará análisis más detallados de cada industria y sus respectivos países. Recogeremos la impresión, visión y ánimo de los tomadores de decisiones de cada una de las actividades principales de cada nación y cómo se proyectan hacia el futuro.
Compartimos una dosis de optimismo respecto de los próximos años, que si es adecuadamente canalizado facilitará las condiciones para comenzar los procesos de recuperación de un desarrollo económico y social que la región requiere para su estabilidad.