El experto chileno Samuel Vélez afirma que las perspectivas a largo plazo son positivas para la industria del transporte aéreo.
Uno de los insumos indispensables para el desarrollo de la industria aeronáutica son las proyecciones de tráfico aéreo y su crecimiento. La industria opera porque hay pasajeros y carga que mover. Los altos costos relacionados con las inversiones, el tiempo requerido para concretarlas y las incertidumbres asociadas a una actividad muy sensible a los cambios en las condiciones económicas, sociales y ambientales requieren de estimaciones apropiadas para proyectar las decisiones.
Las proyecciones de IATA en América Latina establecían tasas de crecimiento positivas para el ciclo 2012-2016. El estimado del período bordea el 6%, incluyendo tasas sobre el 8% en zonas muy específicascomo el destino Roatán en Honduras o 8,8% en rutas como la de Panamá-Colombia.
Las estimaciones para horizontes más largos, que consideran ciclos de veinte años, ofrecen pronósticos de crecimiento muy positivos aunque levemente inferiores a los períodos precedentes. Estas presagian una industria en crecimiento que observa el futuro con optimismo.Sin embargo, una revisión a las fuentes más utilizadas por las empresas más importantes de la industria muestra algunas diferencias.
El chileno Samuel Vélez, docente universitario y consultor experto de la industria, con un amplio conocimiento del área centroamericana, señala a AméricaEconomía Centroamérica que hay que distinguir los horizontes en las perspectivas de crecimiento en los próximos años.
En el corto plazo, basado en el crecimiento del producto interno bruto de la región en torno al 2,5 al 3,5%, presagia que la industria de la aviación se encuentra en un proceso de un ajuste mixto. Aumentan los riesgos debido a la contracción de sus economías,basado en la disminución del precio de sus commodities y se anticipan diferentes niveles de desaceleración de las economías, como es el caso de Brasil, Argentina, Chile, Ecuador, Colombia, Perú, Venezuela, México, realidad que afectaría también a la mayoría de los países centroamericanos.
Las excepciones se generarían sobre todo en Panamá y Costa Rica, donde el transporte aéreo evidencia una expansión de las líneas aeronáuticas en base a la identificación de oportunidades contra cíclicas y con esto el aumento generalizado de la capacidad comercial disponible, dando paso a la profundización de distintos modelos de negocios y al surgimiento de otros nuevos.
Entre las oportunidades se debe destacar el incremento de las compañías aéreas Low-Cost Carrier (LCC) que, además de contar con líneas aéreas más fuertes en términos financieros que en años anteriores facilitados por la baja
significativa del precio del barril de petróleo, consolidan la gestión eficiente de sus planes de negocios. Otro hecho importante en el crecimiento del transporte aéreo en la región lo constituye el alza del segmento de la clase media y con ello una mayor oportunidad de acceso a los viajes aéreos. Al facilitar el turismo y los negocios en las rutas domésticas e internacionales el crecimiento del tráfico en algunos estados de la región ha llegado a tasas promedio de dos dígitos.
Por los motivos señalados se ha evidenciado claramente un crecimiento promedio del RPKs (pasajeros reservado por kilómetro) entre un 5 y 6.5% anual en los últimos diez años. En definitiva, este conjunto de factores, entre otros, facilitan que más personas puedan acceder al avión como su medio de transporte de preferencia. En relación a la carga, su crecimiento experimentado en los últimos 34 años ha sido del orden de un 3 a 4%. En este aspecto hay una gran oportunidad para crecer a tasas por sobre el 5%, sobre todo si se mantiene el ritmo de recuperación de la economía americana y europea.
En el largo plazo, el horizonte de crecimiento de la industria del transporte aéreo se visualiza positivo por la combinación de los factores mencionados anteriormente, además del desarrollo de las redes de rutasy el crecimiento general de la población. La consolidación de los operadores más fuertes facilitará el logro de tasas de crecimiento en las próximas décadasdel orden 6,6 a 7% y con ello a tener tasas promedio de un viaje aéreo per cápita. Un hecho relevante lo constituye la visita del Presidente Barack Obama a Cuba,que viene a confirmar escenarios muy positivos para el futuro desarrollo del transporte aéreo de nuestra región latinoamericana.
Consultado Vélez sobre los reportes de las tasas de la industria de las entidades dedicadas a pronosticar crecimientos, que establecen incrementos en el largo plazo de un 5% para el tráfico aéreo, señala que son proyecciones algo conservadoras que reflejarían claramente el dinamismo del mercado en el largo plazo, influido por un crecimiento más lento de las economías emergentes afectadas por la desaceleración. Sin embargo, con algunos indicios de recuperaciones sectoriales estas áreas facilitarán tasas de crecimiento en torno al 7%. No olvidemos que Latinoamérica es una región joven tanto en términos de desarrollo de su potencial económico y turístico.
Sin embargo, profundizando con el profesor se contrasta que la media de crecimiento de la economía de América Latina ha sido inferior en algunos casos al 2% y en ciclos económicos largos se acerca al 3%.
Vélez atribuye el optimismo respecto de la aeronáutica y sus proyecciones de crecimiento encima de 6% a que la aviación avanza a un ritmo de dos a tres veces superior al crecimiento de la economía. Es decir, si las economías de los países crecen al 5%, la aviación puede crecer hasta un 15%.
Las buenas proyecciones son frutos de la transición positiva que se produce en los factores críticos de la aeronáutica. Entre las causas que explican el fenómeno están la mayor demanda disponible impulsada por los precios más bajos y una mayor capacidad ofrecida por nuevos aviones con mayor cantidad de espacios disponibles, eficiencias operacionales y de menores costos por asiento (menor CASK) y el desarrollo de las redes de rutas que utilizan aeropuertos hubs.
Las aerolíneas alimentan de mejor manera sus vuelos, generando mayores eficiencias en el uso de sus equipamientos y traspasando la productividad a tarifas. Adicionalmente, el ingreso de una mayor competencia y los nuevos modelos de negocios de líneas aéreas-mediante alianzas con operadores locales y terrestres- aumentan la capacidad de ofertas atractivas para los usuarios. Expansión de la capacidad, menores costos y combinaciones con facilidades terrestres y turísticas son la combinación para aumentar los tráficos por rutas y destinos.
Todos estos factore sinvitan a que más personas utilicen la aeronave como su medio de transporte preferido en comparación a décadas anteriores. Preferencia que se traduce en más presión al sistema del transporte aéreo, especialmente en términos de oferta, eficacia y eficiencia de la infraestructura aeronáutica (gestión de espacio aéreo) y aeroportuaria (gestión de las facilidades terrestres).